Page 259 - LOS SISTEMAS DE PARTIDOS EN AMERICA LATINA-CONO SUR Y PAISES ANDINOS- TOMO 2 - FLAVIA FREIDENBERT
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              248                     DANIEL BUQUET

              de los escindidos del FA, en una elección extraordinariamente pareja
              entre los tres partidos principales que votaron con una diferencia de
              apenas dos puntos porcentuales entre el primero y el tercero.
                  Más allá de las explicaciones de esta evolución electoral lo que
              interesa  aquí  es  que  el  sistema  de  partidos  uruguayo  no  tiende  en
              esos años al equilibrio. Las reglas electorales eran las mismas del sis-
              tema “maduro” que favorecían el bipartidismo fraccionalizado, pero
              el sistema fue virando rápidamente a un esquema estrictamente tri-
                                 copia
              partidista.  En  particular,  la  elección  de  1994  mostró  casi  un  triple
              empate entre colorados, blancos y frentistas. El sistema no estaba en
              equilibrio para esas reglas, o en todo caso, se trataba de un equilibrio
              no duvergeriano (Cox, 1997). Cuando se utiliza el sistema de mayoría
              relativa para la elección, muchos votantes tienden a descartar a un
              tercer partido y votan estratégicamente entre sólo dos de ellos para
              evitar que triunfe su tercera preferencia.
                  El resultado de la elección de 1994 dejó como resultado un mapa
              político bastante complejo. No sólo el partido del presidente quedó en
              minoría dentro del parlamento sino que también por primera vez en la
              historia del país entre los dos partidos tradicionales no alcanzaban
              los dos tercios del Poder Legislativo. Entre el Partido Colorado y el
              Partido Nacional se formó expresamente una coalición de gobierno
              que impulsó un conjunto de leyes y de medidas de gran envergadura,
              básicamente en la dirección de una reforma del Estado (reforma de la
                  seguridad social, de la enseñanza, entre otras). Pero los líderes de
              los partidos tradicionales tenían una clara preocupación: si el proceso
              de cambio electoral continuaba su curso, el FA aparecía como seguro
              ganador de la elección siguiente.
                  Para evitar ese desenlace sólo había dos caminos: la coordinación
              electoral o el cambio de las reglas electorales. Como el primer camino
              implicaba la desaparición de uno de los partidos o la fusión de am-
              bos en uno nuevo, ni siquiera fue considerado y se puso en marcha
              el segundo, que requería una nueva reforma de la Constitución. Para
              concretar la reforma constitucional, que pretendió ser la solución ins-
              titucional a las complejidades presentadas por el resultado electoral,
              se requirió el concurso del Nuevo Espacio, el cuarto partido con re-
              presentación parlamentaria que permitió que la propuesta contara
              con los dos tercios requeridos. A pesar de que el FA participó en el
              proceso de su discusión e, incluso, logró que se incluyeran varios de
              sus reclamos en la materia, finalmente se opuso a su aprobación.



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