Page 292 - LA CIENCIA POLÍTICA SOBRE AMÉRICA LATINA - FLAVIA FREIDENBERT
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                                        La Ciencia Política en la República Dominicana... 283



            que todavía se busca responder para qué se quiere una licenciatura o
            programa en Ciencia Política, ¿simplemente para conocimiento teó-
            rico?, y, en segundo lugar, una vez graduado el estudiante, ¿cómo se
            inserta en el mercado laboral? Estas son importantes preguntas que las
            universidades del país todavía deben plantearse y responder. Y tercero,
            en el país todavía no existe una real preocupación por estudiar la polí-
            tica, puesto que aún se piensa que es un área de estudio que le corres-
                               copia
            ponde a los partidos políticos (Cueto Villamán, 2015).
               Dado que las instituciones académicas de la República Dominica-
            na presentan muchas diferencias, en ciertas universidades la carrera se
            trató de impulsar, pero solo en la uasd se pudo mantener, desarrollar
            y consolidar. Esto se debe a que los recursos no son similares, ni las
            estructuras de docencia o las metodologías empleadas, y mucho menos
            la vocación para la investigación. Para muchas universidades privadas
            la carrera es inexistente, y la pública que la imparte tiene muchas de-
            bilidades en su estructura y metodología de enseñanza, y más aún en la
            investigación.
               Ciertamente, la carencia de recursos económicos dificulta el avance
            de la investigación y limita a los politólogos en su desarrollo, ya que
            muchos tienen que optar por desempeñarse en otras áreas, muchas ve-
            ces en áreas que no tienen nada que ver con la disciplina. Muy pocos
            académicos han tenido la oportunidad de mantenerse en la academia,
            otros han tenido que buscar espacios en los medios de comunicación
            o trabajar para el servicio público. Tras cuatro décadas desde su inser-
            ción en el país, la sociedad dominicana no sabe ni entiende qué es un
            politólogo, para qué sirve, y el beneficio que puede aportar al desarrollo
            de la sociedad.
               El sociólogo dominicano Enmanuel Castillo argumenta que la polí-
            tica constituye «la espina dorsal del quehacer dominicano» (Castillo,
            1977), por lo que es importante que al politólogo se le reconozca y
            se distinga su aporte a la sociedad, como se le reconoce su labor a los
            demás profesionales de las ciencias sociales. Hay que cambiar la ten-
            dencia en el país de hacer juicios políticos emitidos por quienes no son
            expertos en el área. Es ahí donde se encuentra la diferencia para lograr





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