Page 22 - REFORMAS INCLUSIVAS, ACTORES CRITICOS Y REPRESENTACION POLITICA DE LAS MUJERES EN AMERICA LATINA - FLAVIA FREIDENBERT
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Flavia Freidenberg




               restricciones en las que los actores toman decisiones, los elementos que
               influyen en esas decisiones y el modo en que se comportan.  Una evaluación
                                                                       8
               multidimensional de las instituciones no puede hacerse invisibilizando
               a quienes participan (o quieren participar) en ellas  y cuentan con las
               condiciones de ciudadanía formal para hacerlo. Dado que toda institución
               está cruzada por diferencias de géneros, que se manifiestan en “los procesos,
               prácticas, imágenes e ideologías y distribuciones del poder” (Acker 1992:
                                   copia
               567), resulta muy difícil mirar las instituciones sin una mirada feminista.
                    En otras palabras, las reglas, prácticas o discursos privilegian de
               manera sistemática las normas masculinas frente a las femeninas; las
               experiencias de los miembros dentro de esa institución varían según el
               género y, además, las instituciones “producen, reproducen y subvierten
               el  género”  (Kenney  1996:  456-457).  Tomando  como  premisa  esta
               desigualdad, las politólogas feministas buscan describir  y explicar los
               efectos de género en la vida política, un proyecto que inevitablemente
               las lleva a centrarse en tres aspectos fundamentales para el análisis de
               las  instituciones,  preguntándose  respecto  a  cómo se  forman,  cómo  se
               sostienen y cómo el género está incrustado en las instituciones políticas
       22      (Mackay y Waylen 2009).
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                    El hecho de que la mitad de la población no participara en las decisiones
               públicas y en esas instituciones en igualdad de condiciones no impidió que
               los sistemas políticos fueran denominados como democráticos. El énfasis
               en la dimensión procedimental de la democracia ha ignorado, por tanto,
               de manera sistemática el análisis respecto a quiénes son los que compiten
               y el nivel de inclusión de las decisiones gubernamentales en materia
               de agendas e intereses. Esta dramática realidad ha hecho que, desde
               hace varias décadas, el movimiento amplio de mujeres  y de colectivos
               feministas exigieran reformas orientadas a ampliar los derechos político-
               electorales de las mujeres y que, con ello, se pudiera contribuir a cambiar
               la situación de desigualdad estructural de las mujeres en los países de la
               región (Franceschet et al. 2012).

               8  Las instituciones son entendidas como “reglas formales e informales, normas y prácticas, hábitos
               y costumbres que influyen en el proceso político, bien en el nivel macro (las constituciones, la cul-
               tura política), bien en el nivel micro (las reglas de juego, el sistema electoral, el reglamento de un
               Parlamento, entre otros)” (Torreblanca 2006: 65).
               9  La desigualdad entre los individuos entiende al género como uno de los elementos constitutivos
               de las relaciones entre personas que determinan las relaciones de poder y jerarquía, por lo que
               opera precisamente a nivel de las instituciones y estructuras sociales (Mackay et al. 2010: 580).
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