Page 332 - CUANDO HACER POLITICA TE CUESTA LA VIDA - FLAVIA FREIDENBERT Y GABRIELA DEL VALLE PÉREZ
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330 INÉS CASTRO APREZA
El caso de Rosa Pérez fue reconocido como una muestra de violencia
política de
género. Alanís Figueroa, durante su intervención, señaló:
El hecho de que al presidente de la Mesa Directiva del Congreso del Esta-
do de Chiapas se le haya obligado a vestirse de mujer [durante su secuestro,
ICA], como una forma de “feminización-humillación” (así es, tratar a una
persona como mujer equivale a humillarla, esa es la idea que subyace a este
hecho), da cuenta del contexto misógino en el que se desarrollan los hechos
(Alanís Figueroa, 2016:3).
copia
Rosa Pérez es la primera mujer electa en Chenalhó y de las pocas que
han podido llegar a ese cargo en el contexto de los municipios indígenas.
María Gloria Sánchez cosechaba su segundo triunfo. ¿Cómo se explica en-
tonces que siendo electas por los dos métodos, es decir, por “usos y costum-
bres” y por las urnas, no gobiernen? La mirada analítica —que excede el
objetivo de este trabajo— tiene que dirigirse aquí al conflicto entre el PRI y
el PVEM que se refleja de diferentes maneras a lo largo del estado de Chia-
pas. La alianza PRI-PVEM para conquistar la gubernatura (2012-2018) no
parece haber funcionado como se esperaba y las pugnas por el reparto del
poder —o la pérdida de éste— lleva a los grupos locales a enfrentarse.
El caso de San Juan Chamula, donde por primera vez un partido po-
lítico distinto al PRI, el PVEM, ganara la presidencia municipal y el asesi-
nato público del alcalde y del síndico, en julio de 2016, confirman que no
estamos estrictamente ante un conflicto entre los usos y costumbres y los
mecanismos constitucionales, como las urnas y los partidos políticos. A me-
nos que los usos y costumbres se entiendan como el triunfo repetido de un
partido, lo que no tendría ningún sentido. No deja de ser importante señalar
que, en Chamula precisamente, el síndico ocupaba el lugar de su hija, can-
didata en segundas listas.
Mujeres que ganaron, pero renunciaron; mujeres que ganaron, pero no
gobiernan.
Finalmente, activistas sociales del Colectivo Isitamé, con más de dos dé-
cadas de trabajo en las comunidades de la zona norte del estado, con “tra-
bajo de base”, nos ofrecen un panorama de esas regiones indígenas donde
hay mujeres que han buscado candidaturas para cargos de elección popular,
sin haberlas conseguido hasta ahora. Son mujeres integradas a la vida de
organizaciones mixtas en el pasado y muy familiarizadas con la vida y la di-
námica de los partidos políticos, ¿por qué entonces ha sido difícil para ellas
ser designadas candidatas?
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Tribunal Electoral de la Ciudad de México