Page 29 - REFORMAS INCLUSIVAS, ACTORES CRITICOS Y REPRESENTACION POLITICA DE LAS MUJERES EN AMERICA LATINA - FLAVIA FREIDENBERT
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1. La  histórica  lucha  de  las  mujeres  por acceder  y ejercer  la
            ciudadanía

            El acceso y el ejercicio de la ciudadanía ha sido una esfera dominada de
            manera casi exclusiva por hombres. Desde la Ilustración, cuando se inició
            la discusión moderna sobre la ciudadanía, las mujeres han sido excluidas
            de las decisiones públicas. Durante mucho tiempo, el conflicto de género
            en torno a los derechos políticos  y electorales fue invisibilizado por
                                   copia
            una gran parte del pensamiento filosófico o, en su caso, ha sido (mal)
            considerado como una rabieta de unas cuantas mujeres que no parecían
            entender que sus derechos estaban contenidos en la noción más general
            de seres humanos (Lois y Alonso 2016: 61). Olympe de Gouges denunció
            esa concepción al redactar la Declaración de los Derechos de la Mujer y
            la Ciudadana. Para ella, las mujeres y los hombres eran iguales en todos
            los aspectos de la vida pública y privada, incluyendo el derecho al voto, el
            acceso al trabajo público, la posibilidad de hablar en público, de poseer y
            controlar propiedades, de formar parte del ejército o de recibir educación.
            Sostenía, además, que “Si la mujer puede subir al cadalso, también se le
            debería reconocer el derecho de poder subir a la Tribuna”.
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                 En sus orígenes, el estatus de ciudadano permitía (y exigía) a
            las personas participar en la toma de decisiones  y en el ejercicio de la
            administración pública. La vinculación de la ciudadanía con una serie de
            derechos y obligaciones no ha cambiado mucho a lo largo de los siglos,
            al igual que las restricciones respecto de quiénes podían entrar en esta
            categoría. Si bien acceder y ejercer la ciudadanía supone ser miembro pleno
            de una comunidad, tener los mismos derechos que los demás y contar con
            las mismas oportunidades para influir en el destino de la comunidad, esta
            condición implica obligaciones respecto a lo que hace posible el ejercicio
            de esos derechos.  Es un derecho y una obligación para cada persona que
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            integra una comunidad, que cuenta con cierto estatus legal y que además
            tiene capacidad de ser agente participante y decisoria en las instituciones
            políticas.



            11  La ciudadanía moderna para Marshall era un estatus que atribuye derechos y deberes a los nuevos
            grupos sociales que emergen con el desarrollo de una nueva sociedad industrial desde mediados
            del XVII. Según Marshall, el individuo no es solo portador de derechos, sino también de deberes
            sociales con su comunidad, y es eso lo que hace posible el ejercicio de sus derechos (Marshall y
            Bottomore 1998).
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