Page 433 - LOS SISTEMAS DE PARTIDOS EN AMERICA LATINA-CONO SUR Y PAISES ANDINOS- TOMO 2 - FLAVIA FREIDENBERT
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              electorales y, por tanto, a la “política del todo vale” (Conaghan, 1996).
              Por lo general, los políticos no cumplían sus programas ideológicos ni
              sus promesas de campaña sino que llevaban a la práctica una política
              pragmática acorde a sus interpretaciones de lo que demandaba el elec-
              torado. Como ha señalado Conaghan (1996), en este escenario convi-
              vían “políticos flotantes con votantes flotantes”. El índice de Pedersen
              señala que hubo transferencias de votos pero no toma en cuenta la
              composición real del voto, esto es, su procedencia; por lo que Schedler
                                 copia
              (1995) ha propuesto analizar los cambios también en el nivel de la ofer-
              ta partidista por la aparición o desaparición de nuevos partidos y/o por
              la formación de alianzas en el sistema de partidos.


              6. Gobiernos de minoría, enfrentamiento entre poderes y coaliciones inestables


              El hecho de que un presidente pueda resultar electo sin un bloque le-
              gislativo que lo respalde e incluso que pueda tener que gobernar en-
              frentándose a un bloque opositor mayoritario ha sido moneda común
              en Ecuador entre 1978 y 2006. Más bien han sido excepcionales los
              casos de gobiernos con bloques que fueran la primera mayoría, ya que
              nunca un presidente tuvo mayoría absoluta en el Legislativo y sólo en
              cuatro oportunidades el presidente contó con un bloque grande de su
              partido en el Congreso. Esto fue en 1979 con CFP (40.6%), en 1988
              con ID (42.25%), en 1998 cuando DP tuvo cerca del 28.83% de la Cá-
              mara y contaba con el apoyo de los socialcristianos en la coalición que
              fue denominada como la “aplanadora” y, finalmente, en 2009 cuando
              MPaís pasó a controlar el 47.8% de los escaños (sin contar a sus alia-
              dos) (tabla 8).
                  Los presidentes sin apoyo legislativo debieron enfrentar fuertes
              conflictos con el Congreso. En 1984, León Febres Cordero sólo con-
              siguió el 12.68% de los escaños (nueve diputados) frente a un bloque
              mayoritario del 33.8% que estaba en manos de la Izquierda Demo-
              crática (24 diputados), el partido opositor en la segunda vuelta presi-
              dencial. En 1992, Sixto Durán Ballén enfrentó una situación similar
              cuando debió gobernar con un Congreso adverso, toda vez que su
              partido sólo contaba con poco más del 15% de los escaños. En 2002,
              Sociedad Patriótica tenía seis legisladores de su propio partido y al-
              gunos más en el Congreso si se consideraban los de sus alianzas con
              MUPP-NP, pero ésta sólo duró seis meses. Por tanto, escenarios frag-



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