Page 10 - MUJERES EN LA POLITICA, EXPERIENCIAS NACIONALES Y SUBNACIONALES EN AMERICA LATINA - MARIANA CAMINOTTI FLAVIA FREIDENBERT
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10 Mariana Caminotti y Flavia Freidenberg
nera, frente a una cultura patriarcal institucionalizada (Archenti y Tula, 2017),
los Estados latinoamericanos promovieron la igualdad de género (Piscopo,
2015), creando reglas electorales inclusivas y jurisprudencia progresista que
ensancharon los derechos de la ciudadanía A lo largo de toda la región, las
cuotas y el principio de paridad transformaron el debate y los significados de
la representación política (Krook, et al 2009; Johnson, 2014), evidenciando la
profunda intersección entre el poder y el género
copia
Inicialmente, las medidas electorales de igualdad que se diseminaron en
América Latina establecían porcentajes mínimos de candidatas (o mínimos
y máximos por género) que variaban entre 20% (Paraguay) y 40% (Costa
Rica, México y Ecuador, antes de las últimas reformas) (Caminotti, 2016;
Freidenberg y Lajas García, 2017) No obstante, a partir de los aprendizajes
y de los retos que planteó la implementación de estas cuotas (Archenti y
Tula, 2014, 2017), junto a la emergencia de nuevos acuerdos regionales por
la democracia paritaria, países como Ecuador, Bolivia, Costa Rica, Hondu-
ras, México, Nicaragua, Panamá y Argentina dejaron atrás los porcentajes
mínimos para adoptar la paridad de género en las candidaturas a los cargos
de elección popular 3
En 2007, la X Conferencia Regional de la Mujer de América Latina de la
cepal y su declaración, el Consenso de Quito, significaron un punto de in-
flexión en el diseño de reglas electorales inclusivas Este acuerdo regional
—firmado por representantes gubernamentales de 34 países— identificó a la
paridad como la nueva meta regional para lograr una igualdad plena “en el
ejercicio del poder, en la toma de decisiones, en los mecanismos de participa-
ción y representación social y política, y en las relaciones familiares al inte-
rior de los diversos tipos de familias” Desde este encuadre multidimensional
de la igualdad, la paridad es entendida como un principio democrático y un
compromiso permanente del Estado para superar la desigualdad estructural
de mujeres y niñas en todos los ámbitos, incluido el político En 2015, el
Parlamento Latinoamericano y Caribeño reafirmó el compromiso con la pa-
ridad y aprobó la Norma Marco para consolidar la Democracia Paritaria que
aboga por “un modelo de democracia en el que la paridad y la igualdad sus-
tantiva encarnan los dos ejes vertebradores del Estado inclusivo” (onu-Mu-
3 En Panamá, la paridad de género sólo rige para elecciones primarias y en Honduras para los partidos
que no seleccionan sus candidaturas a través de éstas En Bolivia, Costa Rica, Ecuador y México, la paridad
tiene rango constitucional
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