Page 599 - LA CIENCIA POLÍTICA SOBRE AMÉRICA LATINA - FLAVIA FREIDENBERT
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590 IV. Sobre la profesión y sus niveles de institucionalización
forma explícita a toda persona que cumpla con los requisitos mínimos
de desempeño, y que resulte idónea o apta para ejercer una profesión
concreta en forma destacada y digna de un reconocimiento que se pue-
da expresar mediante el otorgamiento de compensaciones económicas
a su salario. Otra alternativa sería a través de apoyos a proyectos o
consultorías desarrolladas mediante concursos públicos. Ambos me-
canismos le ayudarían a implementar y mantener un vínculo de ex-
copia
clusividad de tiempo completo con la investigación y la docencia en
su adscripción de origen, evitando que dicho investigador tenga que
buscar otras fuentes de ingreso para financiar sus trabajos o para tener
un ingreso básico decoroso (Esteve, 2003).
De esta manera, el concepto de «carrera académica» ha venido a
adoptar una cabal similitud con los rasgos que usualmente se le asignan
al servicio civil en otras dependencias gubernamentales, por cuanto se
han fijado las bases formales para que el ingreso y la permanencia en
una plaza como profesor-investigador deba sostenerse cada vez más en
mecanismos de oposición pública, con jurados y criterios que puedan
ser auditables e incluso impugnables, tanto para el interés del académi-
co como para el de la propia institución.
Sin embargo, el estancamiento que manifiesta el sector educativo
superior en México es notorio a la luz de las tasas anuales de incorpora-
ción de nuevos talentos para la creación de plazas a efectos de renovar
la planta académica, o simplemente para contender con el crecimien-
to de la demanda en materia de atención educativa. Esto refleja un
problema significativo en torno a la calidad y vigencia de los propios
programas docentes y de investigación, a pesar de los avances logrados
en materia de evaluación permanente de los propios científicos. Pero,
al mismo tiempo, ello constata de manera significativa la situación de
inmovilidad social prevaleciente que se ha reflejado de manera similar
en América Latina (Gil Antón, 2010 y 2012).
En el marco de una sociedad de conocimiento con alcance abierto,
resulta entonces paradójico encontrar que se aduzca la ausencia de un
criterio democratizador en las formas en que se accede o se participa
dentro de las comunidades científicas, así como respecto al acceso en
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Editorial Funglode, Fundación Global Democracia y Desarrollo

