Page 324 - LOS SISTEMAS DE PARTIDOS EN AMERICA LATINA-CONO SUR Y PAISES ANDINOS- TOMO 2 - FLAVIA FREIDENBERT
P. 324
Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Juridica Virtual del Instituto de Investigaciones Juridicas de la UNAM
http://www.juridicas.unam.mx Libro completo en
http://biblio.juridicas.unam.mx/bjv https://goo.gl/Yhu5uB
314 SALVADOR ROMERO BALLIVIáN
ternacionales que un día lo apoyaron. El financiamiento era una pie-
za importante y simbólica del fortalecimiento del sistema de partidos:
apuntaba a dotar a las organizaciones de una estructura institucional
sólida y transparente. Su eliminación les restaba un privilegio y una
obligación que les exigía justamente desarrollar un aparato estable,
profesional, competente, capaz de rendir cuentas.
Por otro lado, y de manera aún más decisiva, en 2004, se aprobó
la Ley de Agrupaciones Ciudadanas y Pueblos Indígenas, con el ob-
copia
jetivo declarado de romper el “monopolio” de representación de los
partidos. La norma permitió, en la práctica, organizar partidos de
escala municipal, regional o departamental, reuniendo firmas para la
circunscripción deseada. Los efectos se sintieron de inmediato: si en
la oportunidad anterior, en la municipal de 1999, compitieron menos
de 20 partidos, todos con personería nacional, en 2004 más de 900
agrupaciones ciudadanas y pueblos indígenas solicitaron su recono-
cimiento; casi 400 lo consiguieron, la inmensa mayoría para com-
petir en un solo municipio (Costa, 2004: 60-61). Se llevaron 30.5%
de los sufragios y 22.9% de las concejalías (Kafka, 2005: 35-36). En
las elecciones municipales y departamentales siguientes, las de 2010,
la situación se atenuó pues compitieron algo menos de la mitad de
organizaciones de 2004, entre partidos, agrupaciones ciudadanas y
pueblos indígenas.
Esta apertura permitió la presencia de candidatos con poca o sin
experiencia política —en general con resultados mediocres— y sobre
todo de dirigentes partidarios, locales, regionales, incluso nacionales,
con sus propias agrupaciones, buscando los votos sin el lastre de siglas
desacreditadas o sin pasar por eventuales procesos de selección in-
terna que dejaban heridas. Desde entonces, cada vez más, los líderes
crean organizaciones ad hoc, sin vínculos con agrupaciones nacionales
y sin sentirse solidarios de otro dirigente o dependientes de jefaturas
nacionales. Por ejemplo, Percy Fernández, carta fuerte del MNR en
Santa Cruz, se desligó del partido, fundó el Movimiento de Unidad
Popular para competir y ganar en 2004 la alcaldía de Santa Cruz, en
tanto que en 2010 y 2015 lo hizo con Santa Cruz Para Todos.
Los partidos sufrieron una sangría que los privó de cuadros con
iniciativa y popularidad, y sus estructuras territoriales se desmenuza-
ron. En el esquema previo, cualquier candidato potencial para una
elección local requería una sigla partidaria y al mismo tiempo, las
organizaciones deseaban ensanchar su base geográfica, mejorar sus
DR © 2016. Universidad Nacional Autónoma de México
Instituto de Investigaciones Jurídicas
Instituto Nacional Electoral

