Page 331 - LOS SISTEMAS DE PARTIDOS EN AMERICA LATINA-CONO SUR Y PAISES ANDINOS- TOMO 2 - FLAVIA FREIDENBERT
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EL SISTEMA DE PARTIDOS EN BOLIVIA (1952-2015)... 321
do una posición predominante, vencedor con mayoría absoluta de las
presidenciales de 2005, 2009, 2014, la Asamblea Constituyente de
2006, el referéndum revocatorio de 2008, el referéndum constitucio-
nal de 2009 y la regional de 2010, y con mayoría relativa de la regional
de 2015.
La oposición al MAS no logró consolidar partidos ni los parti-
dos consiguieron canalizar las demandas contrarias a Morales. En las
elecciones de 2005, 2009 y 2014, Podemos, PPB-CN, Unidad Demó-
copia
crata, respectivamente, no pasaron de ser plataformas de respaldo a
candidatos. Se desagregaron pronto, perdieron cohesión en el Parla-
mento, carecieron de vínculos con alcaldes y gobernadores oposito-
res. Como mostró la tabla 2, ninguna consiguió prolongarse en las
elecciones locales celebradas al poco de la presidencial ni repetir pre-
sencia en la presidencial siguiente.
El baile de las siglas no ha supuesto, empero, una rotación del
personal político (Jorge Quiroga compitió en dos oportunidades y
Samuel Doria Medina lo hizo en las tres desde 2005) ni cambios en la
estructura de las bases electorales. El electorado opositor continúa re-
clutándose en las tierras bajas y en las ciudades, y tiende a privilegiar
al candidato que parezca en mejores condiciones de oponerse a Mo-
rales en esa elección. Tampoco los permanentes cambios de camiseta
de los dirigentes políticos generan un sentimiento de transfuguismo
en la sociedad, que ya no percibe al sistema político estructurado por
partidos, sino por dos bloques: el MAS y el antimasismo. En tanto un
líder se mueva en ese bloque, su precisa adscripción en unos comicios
dados pierde relevancia (la afirmación vale para la oposición, pues el
MAS actúa a la vez como bloque y como partido). Las únicas veces
que hay una percepción de transgresión es cuando un político cambia
de bloque.
En el juego interno del MAS, la preeminencia de Morales es com-
pleta. Ella explica que se forzase la interpretación constitucional para
habilitarlo como candidato en 2014 y la organización en 2016 del
referéndum sobre la reelección. También da cuenta de la marginali-
zación de los disidentes, ninguno de los cuales logró apoyo relevante
para competir nacionalmente (Komadina, 2013: 34-40). En este sen-
tido, su control partidario es muy superior al que pudo tener V. Paz
sobre el MNR revolucionario, en parte porque la heterogeneidad par-
tidaria tiene en él el cimiento de la convergencia. Su fuerza proviene
igualmente de una paradójica debilidad del MAS.
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