Page 46 - LOS SISTEMAS DE PARTIDOS EN AMERICA LATINA-CONO SUR Y PAISES ANDINOS- TOMO 2 - FLAVIA FREIDENBERT
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              32             ANDRÉS MALAMUD / MIGUEL DE LUCA

              zación electoral del peronismo, el Partido Justicialista (PJ), como el más
              relevante de los partidos argentinos. De los treinta y dos años trans-
              curridos, veinticuatro fueron bajo presidentes de esa filiación. El PJ
              exhibe una notable capacidad para adaptar su orientación política (del
              intervencionismo estatal al neoliberalismo y viceversa) y salir indem-
              ne de graves crisis como las de 1989 y 2001. En diciembre de 2011,
              Cristina Fernández de Kirchner inauguró el tercer gobierno peronista
              consecutivo, logro no conseguido por Juan Domingo Perón (presidente
                                 copia
              en 1946-1955 y 1973-1974) ni por Carlos Menem (1989-1999).
                  La Unión Cívica Radical (UCR o radicales), fundada en 1891, es
              el otro actor tradicional. Hasta 2015, los radicales —solos o en coa-
              lición— habían sido los únicos capaces de derrotar al peronismo en
              comicios presidenciales: en 1983 con Raúl Alfonsín y en 1999 con
              Fernando de la Rúa a la cabeza de una alianza electoral. El desem-
              peño de los radicales en las urnas ha dependido, en buena medida,
              de su capacidad para aglutinar el apoyo de los votantes no peronis-
              tas. Entre los factores que han erosionado tal destreza se destacan
              especialmente dos: primero, el acuerdo con el peronismo para refor-
              mar la Constitución Nacional en 1994, denominado Pacto de Olivos,
              que habilitó la posibilidad de reelección inmediata para Carlos Me-
              nem y, segundo, la crisis política de 2001, detonante de la renuncia de
              Fernando de la Rúa.
                  Mientras la persistencia del peronismo y, en menor medida, del
              radicalismo ha sido el principal rasgo de estabilidad política, los cam-
              bios han provenido de dos tipos de partidos que completan el sistema
              partidario:  por  un  lado,  una  sucesión  de  organizaciones  singulares
              llamadas genéricamente “terceras fuerzas nacionales” y, por el otro,
              una docena de agrupaciones con la etiqueta común de “partidos pro-
              vinciales”.
                  Desde 1983, diferentes partidos emergieron con el propósito de
              desafiar el duopolio peronista-radical. El escenario nacional presen-
              ció el súbito surgimiento, apogeo y colapso de fuerzas tales como el
              PI, la UCeDé, el MODIN, el FREPASO, la APR, RECREAR y la
              CC-ARI. Estos partidos registraron durante una o dos elecciones un
              importante caudal de votos —fundamentalmente en la región metro-
              politana de Buenos Aires— pero luego se diluyeron, en general por
              limitaciones organizativas y programáticas. Ninguno de los anteriores
              consiguió coronar su apoyo en las elecciones legislativas con victorias
              para cargos ejecutivos provinciales, cruciales fuentes de poder político



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                                     Instituto Nacional Electoral
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