Page 63 - LOS SISTEMAS DE PARTIDOS EN AMERICA LATINA-CONO SUR Y PAISES ANDINOS- TOMO 2 - FLAVIA FREIDENBERT
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¿TODO SIGUE IGUAL QUE AYER? CONTINUIDAD Y RUPTURA... 49
tercero, le provee de recursos vitales para financiar el partido y las
campañas. Si la principal región bajo control del peronismo fue al-
guna vez etiquetada como el “Sólido Noroeste”, parafraseando el
otrora predominio del partido demócrata en el Sólido Sur en Estados
Unidos, lo cierto es que recientes incursiones de los radicales han, de
alguna manera, disipado esta dominación peronista. Este fenómeno
tiene una faceta que vale la pena remarcar: allí donde el PJ ha sido
desplazado de modo más o menos duradero en alguno de sus bastio-
copia
nes históricos, su lugar fue ocupado por UCR antes que por terceros
partidos.
No sólo los partidos tradicionales controlan la mayoría de los car-
gos nacionales y provinciales, sino que también controlan la mayoría
de las municipalidades. Entre 1983 y 2003, el PJ y la UCR no han
conseguido nunca menos que el 42 y el 33%, respectivamente —y
84% sumados—, de los municipios argentinos. Esta es todavía una
fuente para la estabilidad de los partidos (aunque no nos detendre-
mos en este punto aquí). Es suficiente con remarcar que los intenden-
tes tienen un índice de supervivencia similar al de los gobernadores,
con cambios de partido poco frecuentes y una tasa de reelección alta.
La fragmentación partidaria en el nivel subnacional está reduci-
da como consecuencia de condiciones institucionales y de compor-
tamiento similares a aquellas existentes en el plano nacional. Como
resalta Föhrig (2004: 26): “La mayoría de los sistemas electorales pro-
vinciales contiene dispositivos que incentivan la producción de go-
biernos unificados al nivel provincial”. El incentivo principal es la
combinación de fórmulas mayoritarias con magnitudes efectivas de
distrito bajas (Calvo et al., 2001). Asimismo, la serie de reformas cons-
titucionales que tuvieron lugar desde la democratización de 1983 no
ha hecho más que intensificar estos rasgos, ya que las legislaturas pro-
vinciales han sistemáticamente aprobado reformas pro-mayoritarias
(Calvo y Micozzi, 2005; Corbacho, 1998).
Adicionalmente, la implementación del voto doble simultáneo
(DSV o ley de lemas) en más de once provincias ha evitado que los
disidentes abandonen los partidos, permitiéndoles postularse en dife-
rentes fracciones, pero siempre se mantuvo a todos bajo el mismo pa-
raguas partidario (Tula, 1997). Este mecanismo tuvo tres consecuen-
cias principales: en primer término, ayudó al partido que buscaba la
reelección (sin excepción, el PJ) a mantener muchas de las goberna-
ciones, más allá de cualquier áspera disputa al interior del partido;
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