Page 95 - CUANDO HACER POLITICA TE CUESTA LA VIDA - FLAVIA FREIDENBERT Y GABRIELA DEL VALLE PÉREZ
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estatal, criminal y doméstica, como en Bolivia, Ecuador, El Salvador, Costa
Rica, Guatemala, Honduras, México y Perú. 1
Aunque Bardall (2013; 2015) reconoce que la violencia contra las mu-
jeres en política tiene lugar en contextos donde la agresión y la coerción
están normalizadas, no considera si el empoderamiento de las mujeres au-
menta la tendencia a la violencia. Con esto, las activistas que reclaman con-
tra la VAWIP señalan un punto importante: el hostigamiento, el asalto y
el asesinato de mujeres políticas pueden representar una reacción adversa
copia
presencia de las mujeres en el ámbito público, una nueva extensión de
a la
la violencia de género ya endémica en la región. Como lo demuestran las
investigaciones sobre la violencia contra las mujeres, los agresores usan la
violencia física y psicológica para mantener un orden social basado en el gé-
nero, lo cual requiere la preservación de lo político como ámbito masculino
y el hogar como ámbito femenino (Bunch, 1990; Heise, 1998).
Al mismo tiempo, el entramado complejo entre la violencia criminal,
la violencia político-electoral y la violencia de género oscurece las razones
exactas de cualquier caso de abuso. Los funcionarios estatales, ya sean jue-
ces o administradores, van a encontrar difícil separar y distinguir los moti-
vos que conducen a la violencia. Además, la sistematización del uso de la
violencia para resolver las competencias electorales o mantener redes ilícitas
significa que las mujeres políticas también padecen y usan estas prácticas.
Es probable que, en muchas ocasiones, las mujeres no sean victimizadas por
ser mujeres, sino porque pertenecen a grupos políticos opositores o a bandas
criminales rivales.
Como lo indican algunos incidentes muy conocidos de tráfico de dro-
gas, desapariciones forzadas y asesinatos en Iguala (Guerrero, México), mu-
jeres líderes políticas también participan de forma activa en el crimen or-
ganizado (Archibold, 2014), mientras otras mujeres cultivan y mantienen
redes clientelistas o corruptas (Esarey y Schwindt-Bayer, 2014). Posicionar
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a todas las mujeres políticas como “inocentes” deja de lado cómo las muje-
1 Los países latinoamericanos experimentan diferentes configuraciones de violencia,
aún a nivel subnacional. Establezco el vínculo entre los movimientos en contra de la VAWIP
y la violencia generalizada, usando los países más mencionados en la literatura académica
(Albaine y Archenti, 2013; Albaine, 2015; Krook y Restrepo Sanín, 2016; Cerva Cerna,
2014) y en los estudios que realizan las organizaciones internacionales (Barrig, 2014; Her-
rera, Arias y García, 2011; Hoyos, 2014; Machicao, 2011; Valverde, 2012; Quintanilla Za-
pata, 2012). Aunque muchos piensen que la violencia no prevalece en Costa Rica, las tasas
de crimen han aumentado en el país. Por ejemplo, las tasas costarricenses de homicidio y el
robo común son más elevadas que los promedios regionales (Stamatel, 2014).
2 Los autores señalaron que este hallazgo solamente se aplica en los países con niveles
bajos de desarrollo, donde la probabilidad de sanción es muy baja (como en América Latina).
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