Page 262 - LA CIENCIA POLÍTICA SOBRE AMÉRICA LATINA - FLAVIA FREIDENBERT
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La Ciencia Política en Uruguay... 253
haber sido el de diferenciarse y justificar su identidad específica preci-
samente frente a la Sociología. La Sociología tenía, por ese entonces,
una trayectoria institucional y una acumulación académica más impor-
tantes que la Ciencia Política; contaba con una masa de profesionales
en la materia, y además gozaba de una mejor dotación de recursos en
el plano institucional. Por tanto, para la novel Ciencia Política, era
clave mostrar su especificidad frente a la línea de Sociología Política,
copia
que tenía un desarrollo vigoroso en la época, en la medida en que esta
podría reclamar para sí la realización de los estudios sobre la política
que se impulsaban desde las Ciencias Sociales.
Esta tensión con la Sociología por la autonomización de la Ciencia
Política se evidenció, por ejemplo, en las discusiones en torno a la ela-
boración del Plan de Estudios de 1992. Desde la Ciencia Política, en
lugar de aceptar compartir el tronco común de cursos de metodología
con las otras carreras que se impartirían en la fcs-udelar –Sociología y
Trabajo Social–, se propició la creación de materias metodológicas que
supuestamente versarían sobre las herramientas metodológicas propia-
mente politológicas, las cuales se denominaron «Laboratorios de Aná-
lisis Político» (Bentancur, 2003). Este y otros ejemplos dan cuenta de
que la estrategia de construcción de la Ciencia Política en este período
puede ser caracterizada como proteccionista, en el sentido de que apeló
al levantamiento de «muros de protección» de recursos y privilegios
de «los de adentro» frente a «los de afuera», que eran percibidos como
una amenaza (Gieryn, 1995, citado en Bentancur, 2003).
La piedra de toque de esta estrategia fue la creencia y defensa de
la idea de autonomía de la política. Solo entendiendo que la política
tiene leyes propias, que es un ámbito que se explica a sí mismo y que
incluso tiene la densidad analítica suficiente como para afectar a otras
esferas –en el sentido de Sartori (2009)–, es posible considerar a la
Ciencia Política como merecedora de un abordaje específico, como un
campo de conocimiento con derecho propio. Es a partir de este posi-
cionamiento que la Ciencia Política se afirma como distinta de una
Sociología Política que ya venía estudiando fenómenos y actores del
mundo político –los partidos, el sistema y el comportamiento electoral
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