Page 298 - LOS SISTEMAS DE PARTIDOS EN AMERICA LATINA-CONO SUR Y PAISES ANDINOS- TOMO 2 - FLAVIA FREIDENBERT
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              288               SALVADOR ROMERO BALLIVIáN

              las secuelas del fugaz pero sangriento golpe de estado del general Al-
              berto Natusch que provocó la implosión de la alianza construida alre-
              dedor del MNR, que tuvo numerosos cuadros comprometidos en esa
              aventura militar. En 1985, se estableció la plusmarca, con 18 candida-
              turas, resultado de la descomposición de la UDP luego de su gestión
              gubernamental. No menos de cuatro organizaciones que acompaña-
              ron la gestión de Siles llevaron candidatos propios.
                  En contadas oportunidades, la obtención de la personalidad jurí-
                                 copia
              dica tenía como fin la participación autónoma en la elección, servía
              más bien para acomodarse mejor en el armado de las grandes coali-
              ciones en el retorno a la democracia. Para muchos dirigentes medios,
              afirmar ser líderes nacionales de una sigla constituía un instrumento
              de negociación más eficaz para ingresar en las listas parlamentarias
              que presentarse de manera individual. Por su parte, para las coalicio-
              nes, aunque había uno, dos o tres partidos troncales, no parecía estar
              de más acumular siglas, quizá para impresionar a los rivales, a los
              electores o darse mayor confianza.
                  En 1980, la UDP estaba integrada oficialmente por el MNRI, el
              MIR, el PCB, el MPLN, el PRINM, el PSTA y el MRE; por su par-
              te, el FDR y el MNR-AFIN, que no alcanzaron 5% de los sufragios,
              ¡tenían cada uno seis partidos coaligados! Estas tácticas se facilitaron
              por la ausencia de elecciones desde 1966 que impedía conocer el peso
              verdadero de cada grupo: en el mejor de los casos existían suposicio-
              nes fundadas, pero a menudo, simples especulaciones.
                  La multiplicación de los partidos también se explicó por la ruptu-
              ra del MNR luego de 1964 y la fragmentación de las ramas disidentes,
              en menor medida por la desagregación de FSB y por las escisiones de
              los troncos trotskista y pro-soviético. En el MNR persistían las divi-
              siones que pesaron en su derrocamiento. Dos alas sobresalían. Una la
              dirigía el ex presidente V. Paz, que conservaba el nombre del MNR,
              la mejor estructurada, con la presencia más extensa en el territorio,
              considerada más conservadora por su respaldo al golpe de estado de
              Banzer. La otra que agrupaba a los críticos contra ese golpe de estado,
              la encabezaba el ex presidente Siles, fundador del Movimiento Nacio-
              nalista Revolucionario de Izquierda (MNRI), el pivote de la UDP. Al
              lado de las dos corrientes centrales, numerosos dirigentes regionales o
              sectoriales dirigían sus propias tiendas.
                  La compleja relación falangista con los gobiernos militares, entre
              el apoyo, al punto que muchos cuadros terminaron cooptados por el



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