Page 32 - METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA-José Ignacio Ruiz Olabuénaga
P. 32
tamiento resulten superficiales en comparación con el dinamismo de
utilización, aprendizaje, y creación de sentidos que operan continua,
32
local e individualmente . De ahí que más bien que lo general y co-
mún, cobre relevancia lo específico y local. Lo que no significa desin-
terés por los «universales» abstractos del método positivista, sino más
bien, una atención específica por los «universales concretos». De todo
ello se sigue que la controversia entre métodos cuantitativos y méto-
dos cualitativos se desarrolle, dentro de su ambigüedad y falta de pre-
cisión, apoyada en cuatro niveles o distinciones. Los cualitativos, en
efecto:
a) Recurren a una metodología de naturaleza idiográfica y evocativa
frente a la nomotética y sistematizadora de los cuantitativos.
b) Parten de una visión de la naturaleza humana de carácter vo-
luntarista y autodeterminante frente a la determinista y esencia-
lista de los segundos.
c) Los postulados del positivismo filosófico prevalecen en la meto-
dología cuantitativa mientras que estos mismos postulados de ín-
dole epistemológica son puestos en duda por la cualitativa.
d) La metodología cualitativa presume de un mayor realismo social
de contenido frente a un sesgo nominalista en el que supuesta-
mente cae la cuantitativa.
Los Autores Clásicos
Pudiera pensarse que esta controversia cuantitativa-cualitativa habría
que interpretarla más como resultado de experiencias o de preferencias
personales que de convicciones teóricas, y que el entrenamiento profe-
sional y la práctica del oficio, pesan más que los planteamientos filosófi-
cos o la adscripción a escuelas diferentes de pensamiento. Sin negar que
tal influjo existe, es preciso reconocer que existe una base teórica lo sufi-
cientemente sólida como para poder pasarla por alto.
Dos autores clásicos, Emile Durkheim en Francia y Max Weber en
Alemania protagonizaron posturas encontradas, por no decir irreconcilia-
bles, a este respecto y pueden servirnos de ejemplo para entender la dife-
rencia entre ambos modos de investigar. Una de estas bases, en efecto, es-
triba en la discusión en torno a cuál debe ser el objeto específico propio
de la Sociología y la correspondiente metodología para abordarlo. Ambos
autores ponen de manifiesto que, para poder hablar de la existencia de
32 Erickson, Ob. cit., pp. 125-130.
33