Page 83 - METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA-José Ignacio Ruiz Olabuénaga
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Promoción ha elaborado sobre su enseñanza. Mientras un miembro del
          comité califica una de sus obras principales de «no científica» otro la se-
          ñala como «ciencia progresista». Siendo la calidad algo intangible y sub-
          jetivo lo que necesitamos es amigos influyentes. Es lo que ocurría a los
          poetas antiguos que tenían que agradar al rey para poder comer y no ser
          decapitados». En su opinión: no existe un lista universal de criterios
          dado que su aplicación depende del punto de referencia facilitado por el
          paradigma personal de los jueces... Contrariamente a la creencia del pú-
          blico general y de la de muchos investigadores, los métodos científicos
          no conducen a un conocimiento claro, objetivo o indiscutible».
             Existen dos modos de entender la calidad de un trabajo científico,
          afirma Gummesson:
             a) como el grado en el que se aceptan y cumplen las especificacio-
                nes establecidas en el diseño de investigación (en cuyo caso cali-
                dad equivale a «cumplir con tales normas»). Este modo supone
                que existen de antemano tales especificaciones con suficiente cla-
                ridad y precisión para su posible aplicación. La ciencia ha intenta-
                do establecer algunos de estos criterios universales siguiendo la
                escuela positivista, pero su aplicación resulta poco menos que im-
                posible como se demuestran en la «arrignorancia» y presunción
                con la que los científicos camuflan sus prejucios y simpatías a la
                hora de emitir sus juicios de valor. No se puede aceptar como de-
                finición de calidad la adecuación a determinadas normas si tales
                normas no están meridianamente claras.
             b) como grado en el que se alcanzan los estándares de excelencia. El
                problema surge con la constatación de que no existe una lista uni-
                versal de criterios estándar de excelencia dado que su aplicación
                viene condicionada por los paradigmas personales de los mismos
                jueces que deben establecerla. Lo que conlleva que se recurra al
                criterio de la satisfacción del cliente o usuario.
             Por todo lo cual, concluye: «conseguir la aceptación de un trabajo
          científico es, en parte, un logro intelectual y, en parte, una habilidad para
          comunicar y maniobrar el trato con superiores, compañeros y con quie-
          nes ejercer el poder sobre la carrera del investigador» .
             Ambas dificultades, que Gummesson aplica a la metodología cuanti-
          tativa, resultan tanto o más graves aplicadas a la metodología cualitativa.
          Desde hace algunas décadas, tanto los postestructuralistas, como los
          postmodernistas han intentado defender la tesis de que no existe una ven-
          tana clara por donde poder entrar en la vida interna de los individuos.
          Todo lo que percibimos y aprendemos nos llega filtrado por las lentes del
          lenguaje, del género, de la clase social, de la etnicidad y de la cultura.

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