Page 84 - METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA-José Ignacio Ruiz Olabuénaga
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No existen observaciones objetivas sino observaciones socialmente colo-
cadas en los mundos del observado y de su observador. Ni siquiera los
propios protagonistas son capaces, con frecuencia, de explicar idónea-
mente sus actos y sus experiencias personales.
Esta postura escéptica dista mucho de ser la tónica general del pensa-
miento científico aplicado a la investigación cualitativa. Como sostienen
David Altheide y John Johnson, «uno no tiene por qué aceptar ese solip-
sismo simplemente porque la investigación y la razón indiquen que la
objetividad absoluta sea inalcanzable cuando los humanos estudian la
conductas y los significados de sus compañeros. Ni hay por qué aceptar
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la tesis que niega al investigador una autoridad sobre los demas» . En lí-
nea con Atkinson mantienen que «carecemos de fundamentos epistemo-
lógicos y teóricos perfectos. Carecemos de métodos perfectos para la re-
cogida de datos, carecemos de modos transparentes o perfectos de
representación. Trabajamos con el conocimiento de nuestros recursos li-
mitados. Pero no por ello tenemos que abandonar el intento de producir
relatos del mundo disciplinados coherentes, metódicos y sensibles.» 4
Aceptando este planteamiento básico de que el control de calidad
puede y debe aplicarse a la investigación cualitativa, conviene precisar a)
en qué consiste este control, b) cúales son los criterios que deben guiarlo
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y c) cúales las técnicas para ponerlo en práctica .
La Validez desde el Positivismo
Han sido no pocos los autores que han intentado aplicar a la investi-
gación cualitativa los mismos criterios que el positivismo venía aplicando
a la cuantitativa, persuadidos de que no había ninguna razón especial que
3 Altheide D. L. & Johnson, J. M., «Criteria for Assessing Interpretive Validity in Quali-
tative Research» en Denzin, N.K. & Lincoln, Y.S., Ob. cit., pp. 485-499.
4 Atkinson, P.A., Understanding Ethnographic Texts, Sage, Newbury Park, California,
1992, p. 51.
5 Antes de seguir adelante es preciso reconocer que existe toda una jerga terminológica en
torno a las ideas de validez y la fiabilidad que, con frecuencia, conduce más a la confusión
que a la claridad de ideas. Así, por ejemplo, es fácil encontrar expresiones tales como: Fiabi-
lidad Temporal (Test-Retest), de Acuerdo entre Observadores, de Consistencia Interna, de
Equivalencia (tests equivalentes), de Procedimientos de dos mitades, de Fórmulas de Kuder-
Richardson de múltiple partición, ... Del mismo modo, a propósito de la validez es fácil ver
referencias a la Validez Práctica, Concurrente, Predictiva, de Construct, de Contenido, etc.
(Baggaley, A., Intermediate Correlational Methods, Wiley, New York, 1964). Todas ellas se
refieren a algún punto o aspecto del proceso investigador y, por consiguiente, insisten en al-
guna dimensión que debe ser tenida en cuenta. Muchas de ellas igualmente se deben a que los
autores, al intentar tratar el tema de la calidad de los métodos cualitativos aplican a éstos los
criterios de la metodología cuantitativa (Bringberg, D. & McGrath, J.E., Ob. cit.).
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