Page 35 - CUANDO HACER POLITICA TE CUESTA LA VIDA - FLAVIA FREIDENBERT Y GABRIELA DEL VALLE PÉREZ
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LA VIOLENCIA POLÍTICA HACIA LAS MUJERES... 21
violencia está el homicidio, secuestro, golpizas y abuso doméstico, así como
el abuso y el secuestro de familiares y/o colaboradores.
La violencia psicológica afecta el estado emocional y mental de un indivi-
duo, pues causa ansiedad, depresión y estrés. Esta violencia puede incluir
amenazas de violencia física, difamación, boicot social, acecho y acoso se-
xual. Un segundo grupo de estas acciones puede ser catalogado como for-
mas de violencia económica e incluyen la coerción por medio del control a los
recursos económicos. En política, esto puede incluir condicionar el acceso o
copia
comportamiento de una mujer en las oficinas públicas, por medio de la
res-
tricción sistemática de los recursos económicos que sí están disponibles para
los hombres; no ejecutar el ejercicio económico etiquetado con perspectiva
de género, no pagar las dietas ni remuneraciones por el cargo, negar recur-
sos para sus campañas cuando son candidatas, entre otras.
Un tercer grupo de acciones incluye formas de violencia simbólica. Estas
formas de violencia se encuentran enclavadas en la cultura y son particular-
mente poderosas, puesto que se ven y se sienten correctas, al conseguir que
las víctimas sean con mucha frecuencia cómplices de estos actos, en lugar de
verlos como una estrategia de dominación (Galtung, 1990: 291). Debido a la
gran diversidad de culturas, la forma y el contenido de la violencia simbó-
lica varían mucho más que en los otros tipos, pero están presentes en todas
las sociedades. Este tipo se convierte en violencia cuando son un atentado
contra la dignidad humana (Krook, en este libro), y puede ser mucho más
poderosa que la violencia física, justamente porque son formas de disciplina
que están fijas en la cultura (Galtung, 1990: 291), lo que las hace “sutiles (e)
invisibles” (Krais, 1993: 172).
Los ejemplos en este sentido incluyen la producción y distribución de
imágenes altamente sexualizadas y derogatorias de las mujeres, el empleo
de los estereotipos de género en los medios como una manera de poner en
duda su papel en la política y el uso de las redes sociales para incitar a la
violencia o no reconocer (e incluso negar explícitamente) la existencia de las
mujeres políticas simplemente por el hecho de ser mujeres (Krook, en este
libro).
Las mujeres políticas denuncian formas de violencia sexista antes y
durante las campañas electorales y en el ejercicio del poder: bromas e insi-
nuaciones machistas, preguntas acerca de su intimidad o situación de pa-
reja, dudas sobre su manera de ejercer la maternidad, burlas o comenta-
rios referidos a su vestimenta o aspecto físico, comentarios de desprecio,
ser dejadas de lado y no ser invitadas a reuniones o espacios en los que se
toman decisiones políticas, entre otras (García Beaudoux, en este libro). Las
voces de las mujeres suelen ser también silenciadas de manera activa, cuan-
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