Page 57 - LOS SISTEMAS DE PARTIDOS EN AMERICA LATINA-CONO SUR Y PAISES ANDINOS- TOMO 2 - FLAVIA FREIDENBERT
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¿TODO SIGUE IGUAL QUE AYER? CONTINUIDAD Y RUPTURA... 43
cinco bicamerales. La principal consecuencia de las elecciones es-
calonadas es la inercia: la composición de las cámaras no refleja la
configuración del electorado al momento de la última elección, sino
la combinación de dos o tres elecciones espaciadas por varios años.
Debido al escalonamiento, la concurrencia es siempre parcial:
cada vez que un presidente es electo, también se elige la mitad de
la Cámara de Diputados y un tercio del Senado. La mayoría de las
provincias presenta un cuadro similar. Como resultado, las elecciones
copia
concurrentes tienden a concentrar el voto popular en la categoría del
ejecutivo, produciendo efectos de arrastre en el nivel legislativo, mien-
tras que las no concurrentes (elecciones intermedias) son proclives a
producir una votación más fragmentada.
La tercera variable, el desdoblamiento, es un fenómeno difícil de
encontrar en otros países; éste puede adoptar dos formatos (Oliveros y
Scherlis, 2004). El más simple es la desconcentración temporal de las
elecciones provinciales: a este mecanismo han recurrido usualmente
algunos gobernadores para separar su destino del de los candidatos
de su partido a nivel nacional, o bien ha sido utilizado por el gobierno
nacional con el objetivo de producir un efecto acumulativo o de “bola
de nieve”. Ampliamente aplicado desde 1991, el desdoblamiento tie-
ne sus raíces en la naturaleza federal del país y es alimentado por la
autonomía de las organizaciones provinciales de los partidos políticos.
La segunda forma de desdoblar una votación consiste en dispersar en
el tiempo las elecciones de los miembros de una determinada asam-
blea legislativa. En la Argentina, esta práctica fue utilizada durante la
década de los noventa y alcanzó su pico en 2003, cuando los diputados
nacionales fueron electos en once fechas diferentes a lo largo de siete
meses, comenzando el 27 de abril y finalizando el 23 de noviembre.
Los resultados combinados de estos tres factores son múltiples,
pero se destacan la inercia y el control de los gobernadores sobre el
calendario electoral —ya sea para producir o para evitar efectos de
arrastre—. Los fundamental es que benefician la reelección y, por
ende, a los partidos tradicionales. Además, la coordinación de los
tiempos y las secuencias electorales sostenidas a nivel provincial han
contribuido a reducir el número efectivo de partidos a nivel nacional
(Jones, 1997b). Dado que los gobernadores (o los líderes partidarios
provinciales) manejan no sólo la selección de candidatos sino también
el comportamiento de sus legisladores nacionales, la política provin-
cial termina influenciando la formulación de políticas públicas, más
allá de las electorales (De Luca et al., 2002; Jones et al., 2002). En con-
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