Page 55 - LOS SISTEMAS DE PARTIDOS EN AMERICA LATINA-CONO SUR Y PAISES ANDINOS- TOMO 2 - FLAVIA FREIDENBERT
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¿TODO SIGUE IGUAL QUE AYER? CONTINUIDAD Y RUPTURA... 41
representación por cada provincia. El malapportionment es una carac-
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terística intrínseca del Senado, que está intencionalmente diseñado
para representar unidades territoriales en vez de población. En conse-
cuencia, cada senador de la provincia de Buenos Aires representa al-
rededor de cuatro millones de habitantes, mientras que cada senador
de Tierra del Fuego lo es por cada 40,000. Este factor sobrerrepre-
senta a las provincias con escasa población, que constituyen la gran
mayoría. La distribución del electorado es de suma importancia en
copia
esta categoría, dado que los distritos más pequeños son usualmente
menos competitivos y más proclives a votar por el PJ (tal como mos-
traremos más adelante). Los peronistas obtienen una cuota altamente
desproporcional del Senado con respecto a su proporción de votos.
Los diputados nacionales también son electos por cada provincia
mediante listas partidarias plurinominales cerradas y bloqueadas, que
en Argentina reciben el nombre de “sábana”. Pero, a diferencia del
Senado, los distritos electorales varían desde los más pequeños (ocho
provincias que eligen dos miembros en cada renovación parcial) a los
más grandes (Buenos Aires vota 35). La ley establece que la represen-
tación debe ser proporcional utilizando la fórmula electoral D’Hondt,
con un umbral legal del 3% del padrón. Esto ha llevado a algunos
autores a esperar altos niveles de fragmentación partidaria (McGuire,
1995). Sin embargo, el umbral efectivo es notablemente más alto, ya
que veinte distritos son pequeños (cinco bancas o menos), dos media-
nos (de seis a diez) y sólo dos son grandes (más de diez): por lo tanto,
la mayoría de los distritos, en la práctica, funcionan con un sistema
mayoritario (Cabrera, 1993, 1996). Es más, el promedio de magnitud
de distrito es de 5.3, pero la mediana es de 3.25. El malapportionment
acentúa la desproporción, ya que los distritos más mayoritarios obtie-
nen un bonus o premio (en bancas sobre población) respecto a los más
proporcionales (Calvo et al., 2001).
Finalmente, numerosos análisis sobre la distribución del electo-
rado muestran que los votantes leales se concentran en los distritos
más pequeños, mientras los grupos más volátiles residen en los gran-
des (Escolar et al., 2002; Escolar y Calvo, 2003). Esto representa una
ventaja para el PJ, ya que sus lealtades se aglutinan en las provincias
3 Una excepción puede ocurrir cuando un partido se divide y presenta candi-
datos en dos listas, cada una reuniendo más votos que un tercer partido. En 2005,
y siguiendo esta estrategia, el PJ obtuvo tres senadores por Buenos Aires, La Rioja,
Misiones, San Luis y San Juan.
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