Page 95 - LOS SISTEMAS DE PARTIDOS EN AMERICA LATINA-CONO SUR Y PAISES ANDINOS- TOMO 2 - FLAVIA FREIDENBERT
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EL SISTEMA DE PARTIDOS EN BRASIL: ESTABILIDAD... 81
dar, sin embargo, que el nuevo registro electoral realizado en aquel
año probablemente tuvo injerencia sobre el alto índice de asistencia,
reduciendo el número de credenciales de voto falsificadas y duplicadas.
Debido a la obligatoriedad del voto, un indicador más preciso
para medir el nivel de participación electoral es la proporción de vo-
tos válidos con relación al conjunto del electorado, se excluye así a
los que se abstuvieron o no sufragaron a ningún partido o candidato.
De esta manera, se consiguió evitar eventuales desvíos provocados
copia
por aquellos que rechazan los procesos de competencia política y sus
actores, pero que comparecen a las urnas. Esa medida permite com-
parar el caso brasileño con países en los que el voto no es obligatorio.
El análisis de los datos relativos a la Cámara de Diputados exhibe que
los comicios de 1990 y 1994 fueron los que presentaron un nivel más
bajo de adhesión a la oferta partidista.
Las turbulencias políticas y económicas del periodo así como
también los fracasos de los gobiernos de Sarney y Collor, ejercieron
un gran impacto sobre el elevado número de votos blancos y nulos.
Además, el exceso de partidos y candidatos volvió más complejo al
sistema y de más difícil inteligibilidad para el elector de lo que lo fue
en la primera mitad de la década de 1980. A partir de 1998, no obs-
tante, hubo un crecimiento y una posterior estabilización, en torno al
75%, en el porcentaje de votos válidos con relación al electorado —
tasa que no difiere mucho de la encontrada en países como España y
Reino Unido, donde el voto no es obligatorio—.
En 2006, cuando los analistas preveían el crecimiento de la abs-
tención y la reducción del número de votos válidos debido a la crisis
política del Congreso en los meses anteriores, el nivel de adhesión
al proceso electoral se mantuvo elevado (tabla 1). Medidas como el
nuevo calendario de votación, que coloca las elecciones para el Legis-
lativo en primer lugar, y la introducción de la urna electrónica, facili-
taron el acto de votar, impactando en la reducción del porcentaje de
votos nulos o en blanco. Además de eso, el calendario de elecciones
con características semejantes acabó por ampliar la inteligibilidad del
proceso como un todo, a pesar de los altos costos de información ge-
nerados por la permanencia de la fragmentación partidista. En los
cuatro comicios nacionales de 1998, 2002, 2006 y 2010 tuvo lugar
la reconversión de una tendencia histórica que indicaba un mayor
grado de adhesión a las elecciones para cargos del Ejecutivo. Entre
1998 y 2010, prácticamente la misma proporción de electores parti-
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