Page 127 - METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA-José Ignacio Ruiz Olabuénaga
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cumple hasta la profecía que se autoniega» . Finalmente, la observa-
ción garantiza un alto nivel de rigor cuando se combina con otros mé-
todos. A diferencia del experimento que, por su excesivo control, im-
pide la presencia de otros instrumentos de contraste, la observación
permite que los datos sucedan con total espontaneidad permaneciendo
en su calidad de datos «naturales» y no provocados por la investiga-
ción.
Desventajas
La observación no está exenta de riesgos y peligros respecto a la ple-
nitud y la perfección de su recogida de información, dado que:
—Muchos fenómenos no son observables directamente, están la-
tentes a niveles demasiado profundos, y sólo una entrevista en
profundidad, un test proyectivo o un experimento posibilita el
aproximarse a su conocimiento.
—Otros fenómenos tampoco son directamente observables porque se
encuentran «aparentemente» dispersos, separados en piezas que
hay que unir y ensamblar a modo de rompecabezas situacionales.
Para desempeñar con éxito esta tarea de ensamblaje no basta con
observar simplemente.
—En no pocos casos el fenómeno a observar establece una rela-
ción emocional, tal con el observador que éste pone en marcha
determinados mecanismos que le «ciegan» impidiéndole ver lo
que realmente existe o le «hacen ver» lo que en verdad es ine-
xistente.
Toda la sicología social elaborada en torno a los aspectos distorsio-
nantes de la percepción y del conocimiento, relacionados con los «pre-
juicios» o teoría «Gestalt» apunta a los riesgos de error en la verdad de
las observaciones. Sobre todo, es patente el influjo de las motivaciones,
a la hora de observar en tres dimensiones principales: en la selección de
lo que se observa, en su organización y en su interpretación. Existe ade-
más una relación cultural que es objeto de la sociología del conocimien-
to y que crea entre observado y observador un planteamiento impuesto
por la propia realidad cultural. El peligro de utilizar un planteamiento
cultural propio y distorsionar con él el conocimiento de la realidad, es
mucho más frecuente de lo que ordinariamente se acepta. A título de
3 Kidder, T.J., The Soul of a New Machine, Little Brown, Boston, 1981.
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