Page 136 - METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA-José Ignacio Ruiz Olabuénaga
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emancipado. En tercer lugar, se verá obligado a asumir actitudes, actos y
comportamientos no sólo arriesgados para su integridad física, sino con-
trarios a sus principios morales y éticos.
Van Maanen 12 describe con viveza sus problemas de «colaboración»
en un juicio con un policía que había maltratado brutalmente, en su pre-
sencia, a un inocente adolescente. La observación selectiva, además,
obliga por su mismo carácter a concentrar la atención del observador en
aspectos concretos que no permiten tan fácilmente los disimulos o la fal-
ta de participación incondicional en determinados momentos. En el caso
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descrito por Henry Riecken , él y sus compañeros intentaron observar,
participando al completo, un grupo de creyentes en la proximidad del fi-
nal del mundo; para ello tuvieron que afrontar presiones y elaborar com-
portamientos tan difícilmente simulables como la fé ciega en la líder vi-
sionaria del grupo, el entusiasmo del grupo por el próximo cataclismo, la
campaña de proselitismo entre parientes y vecinos, etc. Cualquier indis-
creción por su parte hubiera acarreado la imposibilidad de seguir partici-
pando en el pequeño núcleo de creyentes, pero una excesiva identifica-
ción hubiera transformado al grupo y, por ende, el fenómeno mismo que
se pretendía observar.
d) Selectiva-No Participante
Es el tipo de observación que menos riesgos presenta, tanto de com-
portamiento como de conversión, para el propio investigador. Mantiene
su libertad de movimientos y su distancia del fenómeno y de las personas
observadas. A cambio de su libertad, se expone al peligro del «aprioris-
mo» intelectual y del «etnocentrismo» cultural, a través de los cuales in-
tenta explicar con categorías propias, no con las del grupo social obser-
vado, los fenómenos que ocurren. Sobre todo y, aunque el investigador
no se deje llevar por apriorismos infundados, se ve limitado en el princi-
pal valor del método cualitativo, el del contacto directo, sin intermedia-
rio, aislado del sentido que la acción tiene para los actores y la definición
de la situación que éstos ejecutan. Estos cuatro tipos de observación se
distinguen entre sí por matices más de grado que de contenido profundo.
Nunca se dan en forma pura sino mixta, y no es raro el caso en el que se
inicia la observación de un modo y se acaba de otro. Incluso es normal
que, en una observación participada al completo, en la que la mayoría de
12 Van Maanen, J., Ob. cit.
13 Riecken, H.W., «The Unidentified Interviewer» en McCall, G.J. & Simmons, J.L.
(eds.), Issues in Participant Observation: A Text and Reader, Addison Wesley, Reading,
Massachussetts, 1969.
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