Page 137 - METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA-José Ignacio Ruiz Olabuénaga
P. 137
los individuos observados desconocen las actividades e intenciones se-
cretas del observador, exista un reducido grupo de personas que estén
«al tanto» de la operación y conozcan la verdadera naturaleza del pro-
yecto.
Las diferencias en el grado de participación social del observador,
en la publicidad que éste haga de sus intenciones y objetivos, en la varie-
dad de recursos que utilice para recoger la información, en la estandari-
zación de sus técnicas de recogida de datos, no impiden que subsistan
cuatro elementos comunes decisivos para una buena recogida de datos a
través de la observación científica:
1. La Interacción social.
2. El Protocolo de recogida de datos.
3. El Control de los datos recogidos.
El éxito de una observación depende totalmente de un correcto trata-
miento de estos tres elementos. Pasemos a describir cómo debe el inves-
tigador manejar cada uno de ellos.
1. La Interacción Social
1.1. El proceso social
El observador social, a diferencia de otros investigadores (el historia-
dor, el director de un sondeo) establece, como condición esencial de su
trabajo, el contacto directo e inmediato con los actores sociales. La renun-
cia a los intermediarios, pone al observador frente a frente a los protago-
nistas mismos de los fenómenos estudiados. Su trabajo se desarrolla sus-
tancialmente conviviendo con personas que, de forma directa o indirecta,
consciente o inconsciente, le suministran la información que él necesita.
Cualquier error o indiscreción con sus interlocutores puede alterar su rela-
ción social con ellos y, en consecuencia, distorsionar la comunicación con
ellos. Sin llegar a la ruptura total de comunicación, las personas pueden
ocultar parcialmente su información, pueden desfigurarla, cambiarla de
sentido, mutilarla o simplemente alterarla. Los actores sociales con quie-
nes, de uno u otro modo, debe convivir el observador, pueden tomarle por
un enemigo, un intruso, un inoportuno, un molesto, un curioso, un aliado,
un colega, un protector o, incluso, un amigo. El observador, con sólo su
presencia y, mucho más, con su comportamiento personal, altera la situa-
ción social preexistente. Este cambio puede ser mínimo e intrascendente,
pero puede ser traumático y modificar substancialmente la convivencia,
esto es, el fenómeno mismo objeto de observación.
138