Page 142 - METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA-José Ignacio Ruiz Olabuénaga
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a un hecho concreto de una fecha a otra, y difieren los comentarios de
             una misma persona frente a unos u otros interlocutores.
                La observación científica que busca captar el significado que los acto-
             res sociales dan a su comportamiento o al ajeno no puede dejar de distin-
             guir entre la objetividad del contenido de una información y la subjetivi-
             dad de la misma. El que, como sostiene la tesis de la definición de la
             situación, la verdad subjetiva sea tan importante, sociológicamente hablan-
             do, como la verdad objetiva, no justifica que se confundan ambas verda-
             des o que se dé por supuesta su existencia simultánea. La verdad objetiva
             de una fecha, un sentimiento, un relato no es la misma que la sinceridad
             subjetiva con la que los expone un informante. Y la verdad de una puede
             darse sin la otra. Esto obliga al investigador-observador a establecer:
                —Mecanismos de explicación de la diferencia y la no coexistencia
                   de ambas verdades, buscando los motivos del informador, sus de-
                   seos de agradar, los recelos que le llevan a ocultar, las barreras que
                   bloquean su espontaneidad.
                —Mecanismos de comprobación que garanticen la plausibilidad y la
                   fiabilidad de las informaciones, así como el cotejo con otras fuen-
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                   tes informativas para comprobar la veracidad de las mismas .

             1.2. Las fases del proceso

                La reciprocidad mutua, que se establece por el hecho de asumir el
             observador una posición social concreta y plausible, comprende un mar-
             co de relaciones personales que, lejos de fijarse de una vez para siempre,
             se desarrollan en una serie de fases temporales, relativamente fáciles de
             categorizar en principio, pero muy difíciles de establecer, en concreto,
             respecto a su comienzo y su fin. Cada una de estas fases impone sus re-
             glas de conducta y ofrece sus propias oportunidades para el desarrollo de
             la investigación, y, aunque los tipos de observación, lo mismo que los
             ámbitos sociales en que ésta se lleva a cabo, pueden ser tan dispares, en
             todos los casos puede detectarse la misma cadencia y la misma sucesión
             de fases. Tratándose, como se trata, de fases de interacción social es cla-
             ro que éstas serán más pronunciadas y características cuanto mayor sea
             la fuerza de la misma interacción social entre observador y observados.
             Razón por la cual es en la observación plenamente participante en donde
             con mayor nitidez y fuerza se advierten estas cinco fases:


               17  Dean, J., & Eichhom, R., «Limitations and Advantages of Unstructured Methods» en
             McCall, G. J. & Simmons, J.L., Ob. cit., pp. 19-27.

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