Page 146 - METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA-José Ignacio Ruiz Olabuénaga
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ámbitos sin interferir con la actividad normal de los mismos. En este mo-
mento el observador, legitimado en su papel social y conocido en su perfil
personal, queda a merced de sí mismo y de su talento técnico para observar
y captar información. No tiene que demostar quién es ni que legitimar su
comportamiento, pero tiene que recurrir a todo el arsenal de su imaginación,
su experiencia y conocimientos personales para captar el máximo de datos y
de significados.
El instrumento crucial en esta fase es el recurso al pacto con los
miembros del grupo para que éstos le permitan el máximo de presencia
con el mínimo de ostentación y de ruido personal. Es el momento estraté-
gico para elegir a los informantes mejor capacitados, para establecer rela-
ciones con ellos tan estables como sean necesarias, para intercambiar in-
formación y contrastar datos, interpretaciones y análisis con posibles
alternativas dentro y fuera del mismo grupo. La colaboración con los in-
formantes es un proceso que puede desarrollarse y perfeccionarse, para lo
cual el observador no debe minusvalorar la necesidad de persuadir a éstos
de que el objetivo de la investigación no es evaluativo, ni partidista.
Si es necesario se darán cuantas explicaciones, aún repetitivas, sean
oportunas, en cualquier momento, sobre cualquier aspecto, a cualquier in-
formador. En todo caso, debe quedar garantizada la confidencialidad de los
datos, y si la investigación se ejecuta en equipo, las explicaciones de los
componentes del equipo deben ser coincidentes. Aunque parezca redundan-
te, siempre es útil redactar un breve memorándum explicativo-justificativo
del motivo e intenciones de la investigación. Es el momento, finalmente,
para obtener toda la información de base procedente de informes, récords,
publicaciones accesibles de forma más o menos abierta y estandarizada.
En nuestro estudio del suicidio aprovechamos esta fase para repasar los
archivos parroquiales en búsqueda de matrimonios entre consanguíneos (ya
que la consaguineidad es una de las hipótesis plausibles de explicación del
suicidio), los archivos judiciales de levantamiento de cadáveres, el fichero
de ingresados en un manicomio próximo, las lecturas pluviométricas y
eólicas de una firma eléctrica. En esta misma fase, pudimos entrevistar a
directores de centros escolares, funcionarios públicos, directores de grupos
sociales, miembros de las familias afectadas. El verdadero secreto del éxi-
to del observador categórico es el acertar a elegir correctamente:
—en qué tiempos y espacios debe participar,
—en qué aspectos y problemas debe insistir y en cuáles debe dete-
nerse.
Dado que es esta fase la que acapara el núcleo más importante de la
observación, deberemos insistir en las normas de comportamiento más
adecuadas:
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