Page 148 - METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA-José Ignacio Ruiz Olabuénaga
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prestigio de personas, grupos o instituciones que han prestado colabora-
             ción y confianza? ¿Hasta qué punto se pueden publicar las relaciones de
             amistad? Si no se publican ¿para qué se recogió tal información? ¿Se
             puede mutilar tal información por razones de amistad o de seguridad per-
             sonal ante posibles represalias de los observados?

             1.2.5. El migrante inminente
                Es una persona a la que los observados, especialmente los informa-
             dores más cualificados, comienzan a ver como una amenaza potencial o,
             en otros casos, como una baza de posible explotación. Surge entonces la
             tentación de ofrecer una imagen «distorsionada» expresa y consciente-
             mente. El sentimiento más generalizado, sin embargo, es otro. Prevalece
             la ansiedad por conocer cuáles son los resultados finales a los que haya
             llegado el investigador. Esta ansiedad, de hecho, provoca una nueva acti-
             tud de recelo que corta el flujo de la comunicación e impide al observa-
             dor exponer sus impresiones a los observados para evitar posibles en-
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             frentamientos más pasionales que descriptivos .
                En definitiva, se puede concluir que las cinco fases ofrecen, cada una
             de ellas, diferentes alternativas de acceso al contenido de la información,
             así como imponen condiciones diferentes para poder acceder a ella. Lo
             importante es reconocer que estas alternativas y condicionamientos, fluc-
             túan en función de las cinco fases por las que discurre la interacción so-
             cial a lo largo del tiempo que dura la observación.


             1.2.6. Los informadores y los contestadores
                La práctica de la observación no queda reservada a un ejercicio de
             contemplación pasiva aún en aquelllos casos en los que el observador se
             propone reducir al mínimo su participación personal. La observación in-
             cluye, en ocasiones, conversaciones, consultas y lectura de documentos;
             a veces se completa con sondeos estandarizados y con técnicas proyecti-
             vas. En todo caso, se da un conjunto de tres razones que obligan al ob-
             servador a no limitar su trabajo al de una mera inspección o contempla-
             ción, sino que le fuerzan a solicitar la colaboración de algunas de las
             personas que son actores sociales de la situación que él pretende estudiar.
             Estas personas son los informadores, de cuya selección y trato personal,
             el observador depende «sustancialmente» si quiere llevar a buen puerto
             su trabajo, ya que el observador no puede estar en todas partes en todo


               19  Janes, R., «A Note on Phases of the Community Role of the Participant-Observer» en
             McCall, G.J. & Simmons, J.L., Ob. cit., pp. 52-57.

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