Page 149 - METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA-José Ignacio Ruiz Olabuénaga
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momento, y debe solicitar de alguien que le suministre el acceso a la in-
formación cuando él personalmente no puede acudir simultáneamente a
varias situaciones, o cuando pretende averiguar algo acaecido en un
tiempo anterior al del inicio de su investigación. El observador no puede
llegar a todas las partes de la estructura social porque, de entrada, ha
adoptado un papel social que limita su acceso a determinados puestos de
esta estructura. El observador no puede llegar a captar todos los sentidos
y significados que los diferentes sectores sociales atribuyen a sus actos y
situaciones. Necesita forzosamente de introductores de significado, intér-
pretes de la situación que, sin sustituirle a su trabajo, le ayuden heurísti-
ca y un tanto mayéuticamente, a entrar en el mundo de esos mismos sig-
nificados.
—El informador puede, en ocasiones, ser utilizado como un «funcio-
nario del censo» que suministra al investigador aquellos datos
existentes en archivos o ficheros, cuyo examen podría acaparar un
excesivo tiempo de trabajo rutinario para el investigador.
—El informador puede ser utilizado también como un «ejemplar re-
presentativo» o ciudadano medio, cuya información (datos, opi-
niones, actitudes,...) reflejan lo que, tras un sondeo de masas, ven-
dría a ser tomado como ejemplo típico. No informa como sujeto
supletorio o equivalente a una muestra, sino como marco orienta-
dor y descriptivo de una experiencia estándar. Ninguno de estos
dos usos ejemplifica (aunque tampoco la contradiga) la verdadera
función que desempeña un auténtico informador. Este viene a ser
como un «observador del observador», que sustituye con «sus»
propias observaciones las de éste; es un «colega» amateur del ob-
servador profesional, uno que vive la experiencia real que el ob-
servador sólo vive «vicariamente por su mediación», un practican-
te de la mayéusis socrática que ayuda al investigador a dar a luz la
total comprensión del sentido de la acción y de la situación social.
—El informador no puede sustituir nunca al observador, ni es ésta su
función. Su cometido es el propio de un guía, de un rastreador, de
una brújula, de un experto de campo, pero no el del científico crí-
tico, cotejador, compulsador de hipótesis, y constructor-recons-
tructor sistemático de mundos simbólicos.
—El informador es un elemento básico, insustituible en todo ejercicio
de observación, pero no debe ser confundido con el contestador de un
sondeo de opinión o actitudes. El contestador responde a una serie de
preguntas formuladas por el investigador de manera más o menos
precisa y estructurada. El informador, por el contrario, conversa con
el observador comentando con él los datos y significados que éste no
conoce, no capta o no interpreta con la profundidad necesaria.
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