Page 141 - METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA-José Ignacio Ruiz Olabuénaga
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sus interpretaciones personales» del fenómeno y les obligaba a «contro-
          larse» al exponerlas en público por precaución de incurrir en alguna for-
          mulación «indiscreta».
             No todos los miembros del grupo u organización observados experi-
          mentan los mismos sentimientos ante el investigador. Sentimientos que
          pueden ir desde el alivio y la tranquilidad, hasta el recelo, el desasosiego,
          la hostilidad y el enfrentamiento. Por parte del investigador puede gene-
          rarse una transformación emocional que lleva de la curiosidad científica
          a la identificación política y beligerante, desde el análisis cultural hasta
          la aculturación e integración absoluta. Cuando se dé este «over-rapport»,
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          como lo califica Miller , o sobrerrelación, se dan, al menos, dos efectos
          perniciosos para la objetividad y la validez de la observación:
             a) Poco a poco se marginan y no se tocan determinados temas teni-
                dos por desagradables, peligrosos o vergonzosos para el grupo.
             b) Al mismo tiempo, se acepta cada vez con menos espíritu crítico la
                veracidad de las informaciones recibidas, la adecuación de las ex-
                plicaciones ofrecidas.
             La observación se tiñe de un ambiente de benevolencia y de amistad
          que si bien ofrece ciertas oportunidades de acceso a determinados hechos
          o personas, de otro modo inaccesibles, en realidad, ciega todo plantea-
          miento crítico, estrecha el campo de análisis y bloquea la captación de
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          otros sentimientos y sentidos atribuidos a las cosas . Poco a poco el ob-
          servador define la situación de una forma espontánea y tribal, sin el ca-
          rácter crítico y sistemático de la ciencia y sin la imparcialidad del cientí-
          fico. La reciprocidad preside todo el proceso de comunicación y de
          intercambio de información que se da entre el observador y sus infor-
          mantes. Nunca el observador puede ser tan ingenuo que acepte sin más
          cuantos datos o interpretaciones le proporcionan sus informantes.
             Sin llegar al caso extremo referido por Schwartz de unos internos
          que, al ser observados, se dedicaron a comportarse de manera extrava-
          gante confesando «Si nos tienen por locos ¿por qué no vamos a hacer lo-
          cadas?», lo cierto es que los informantes transmiten informaciones subje-
          tivas (emociones, sentimientos,...) y objetivas (acontecimientos,
          fechas,...) muy divergentes entre sí aún tratándose del mismo fenómeno
          social. Difieren los relatos de unas persona respecto a los de otras perso-
          nas, y difieren los sentimientos o interpretaciones de una persona respecto


            15  Miller, J.B., Toward a New Psychology of Women, Beacon, Boston, 1976.
            16  Schwartz, M.S.. & Schwartz, C.G., «Problems in Participant Observation» en Mc-
          Call, G. J. & Simmons, J.L., Issues in Participan Observation, Addison Wesley, Reading,
          Mass., 1969, p. 95.

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