Page 159 - METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA-José Ignacio Ruiz Olabuénaga
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—Para otros individuos, la situación no es desconocida, pero es de-
                sagradable por las suspicacias que suscita.
             —No pocos sujetos entienden que comunicar a un extraño algo que
                directa o indirectamente informa y enjuicia el comportamiento de
                sus compañeros, superiores o súbditos, supone una especie de trai-
                ción al grupo al que se pertenece.
             —El prestigio social de los científicos o el halo de recelo que rodea a
                inspectores y policías, pone en guardia automáticamente a quienes
                no mantienen relaciones cotidianas con estas profesiones.
             La tensión, ansiedad y el conflicto, que no pocas personas experimen-
          tan en estas ocasiones, hacen que algunos de ellos se nieguen en redondo
          a suministrar información por sólo esta razón. Otros se ven dominados
          por una sensación de recelo y aún miedo que les impide, aún queriendo,
          ofrecer espontánea y completamente toda la información de que disponen.
          Otras personas, recurren a mecanismos más sutiles de autodefensa y, por
          consiguiente, de ocultamiento; por ejemplo: algunos individuos «salen del
          paso» recurriendo a una colaboración superficial, mediante afirmaciones
          del tipo «yo no estoy muy enterado, yo no entiendo mucho», o mediante
          descripciones y formulismos convencionales. Otros manifiestan que «no
          existen problemas», «al menos yo no he visto ninguno», con lo que, indi-
          rectamente, niegan el sentido de la misma observación. Otros adoptan el
          juego conversacional y pasan de ser observados a curiosos entrevistadores
          interesados en el tema, abrumando con preguntas al propio investigador.
          Los hay que recurren a mecanismos de desviación consumiendo el tiempo
          en temas marginales y aún desconectados.
             Respecto al segundo mecanismo de defensa, el organizacional, los
          factores que más parecen condicionar en su influjo son:
             —La persuasión de que, como resultado de la observación, se elabora-
                rán informes que desembocarán, a su vez, en tomas de decisión que
                alteran situaciones o condiciones de trabajo que no se desean alterar.
             —La experiencia de encontrarse entre dos frentes evitables, es decir,
                dos intereses encontrados cuya defensa da lugar a grupos de perso-
                nas enfrentadas. Colaborar en la investigación equivale, si no a to-
                mar claramente partido en contra de uno de ellos, al menos impli-
                ca remover el statu quo más o menos estabilizado.
             —La situación en la que la alta dirección o algún grupo de poder
                concreto, o la rivalidad entre dos departamentos se opone por te-
                mor a que alguna de sus actividades sea «indiscretamente» puesta
                al descubierto.
             —El miedo a que se interfiera con el ritmo de trabajo, a alborotar las
                rutinas, a pérdidas de tiempo, a indiscrecciones innecesarias.

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