Page 190 - METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA-José Ignacio Ruiz Olabuénaga
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Capítulo 6


             Análisis de contenido







                Si la observación es el modo más espontáneo y antiguo de recoger
             información y la entrevista es el modo más popularizado por los investi-
             gadores actuales, la lectura de un texto es el más amplio, universalizado
             y rico de los modos actuales de llevar a cabo esta tarea. La lectura y el
             análisis de contenido, por eso mismo, abarcan una gama amplísima de
             conceptos, de técnicas y de contenidos que es preciso delimitar de ante-
             mano si no se quiere caer en confusionismos innecesarios. Al hablar de
             la lectura de un texto uno puede referirse:

                a) A un texto escrito, grabado, pintado, filmado... Hace unos pocos
                   años, la revista The Scientific American (Agosto, 1980) publica-
                   ba un apasionante artículo sobre una vivienda (probablemente la
                   única sobre la que consta tan exhaustiva documentación) habitada
                   ininterrumpidamente durante casi doce mil años. Los investigado-
                   res fueron capaces de reconocer esta continuidad plurisecular de
                   la vivienda, de reconocer los árboles (avellano, abedul, pino y ro-
                   ble) de los que había estado rodeada, de identificar los alimentos
                   de origen rural y marítimo que habían comido sus habitantes. Para
                   los arqueólogos que la estudiaron, aquella vivienda, una cueva si-
                   tuada en Cantabria, en el área cultural-arqueológica que va desde
                   las cuevas de Altamira hasta las de Lascaux, pasando por Santi-
                   mamiñe y Ekain, era una especie de texto privilegiado en el que, a
                   través del Carbono-14, de los análisis microscópicos del Polen y
                   de los restos de alimentos desechados por los moradores de la
                   gruta, podían «Leer» con sorprendente exactitud y fiabilidad, el
                   contenido de doce mil años de Historia de la vida social primiti-
                   va. Como esta cueva norcantábrica, las pinturas de las pirámides

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