Page 194 - METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA-José Ignacio Ruiz Olabuénaga
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información y la del análisis propiamente dicho aunque, en la práctica, am-
bas deban ser efectuadas de manera circular y alternativa. La lectura, para
ser científica debe ser total y completa y, por ello, no basta con captar el sen-
tido manifiesto de un texto sin llegar a su contenido latente. Para ello hay
que tener presente que el texto comprende cinco bloques (al menos) impor-
tantes de información:
—La que se refiere al contenido mismo.
—La que se refiere al emisor (autor) del texto.
—La que se refiere al destinatario (objeto) del texto.
—La que se refiere a los códigos (codificación) utilizados.
—La que se refiere a los canales (transmisores, soportes) del texto.
Del contenido de un texto, se puede inferir información relativa a las ca-
racterísticas, personales o sociales del autor del mensaje, tales como su esta-
tus social, nivel cultural, perfil ideológico... así como respecto al público
(audiencia) objeto al cual va dirigido el escrito: estructura social, situación
social... Llegar a captar en su plenitud este contenido implica que, a través
de la lectura, se extraen inferencias del texto a su contexto. La inferencia es
un elemento central del análisis de contenido. El análisis de contenido se
distingue del análisis documental en que este último se limita estrictamente
al contenido del texto mismo, mientras que el primero elabora, a partir del
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texto, inferencias sobre el contexto del mismo . El texto igualmente contiene
un doble sentido, al margen de las inferencias que se puedan extraer respecto
a su propio contexto (autor-audiencia). Se puede percibir un texto manifies-
to, obvio, directo, representación y expresión del sentido que el autor preten-
de comunicar. Se puede además, percibir un texto latente, oculto, indirecto,
que se sirve del texto manifiesto como de un instrumento, para expresar el
sentido oculto que el autor pretende transmitir. Todo texto, por consiguiente,
puede ser objeto de una doble lectura: directa del sentido manifiesto, al pie
de la letra, y soterrada del sentido latente, entresacado del otro.
Históricamente el análisis de contenido ha estado dominado por la es-
cuela cuantitativa hasta tal punto que se hablaba de «análisis cuantitativo de
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periódicos». Se confundió científico con «cuantitativo» . Poco a poco se
empezó a profundizar en el mundo actitudinal e ideológico de los medios,
así como en el «análisis de la Propaganda», lo que llevó a la convicción de
que las técnicas numéricas eran insuficientes para captar los significados
profundos, «dobles» «segundos» etc., que, sin tanta técnica, un observador
avispado podía captar. Esto llevó a una nueva metodología más afín a la
6 Bardin, L., El Análisis de Contenido, P.U.F., París, 1977, pp. 34-35.
7 Woodward, J., «Análisis Cuantitativo de Periódicos como Técnica de Investigación de
la Opinión», Social Forces, 1943, pp. 526-537.
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