Page 196 - METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA-José Ignacio Ruiz Olabuénaga
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pretende decir o de las que él mismo es consciente. Estos presupuestos e
             inferencias consiguen que los patrones de significado hallados en los da-
             tos (el texto) sean interpretados como indicadores y síntomas, como índi-
             ces y síndromes de otras muchas cosas (el contexto) de las que el mismo
             autor puede o puede no ser consciente.
                —La diferencia entre una lectura espontánea y una analítica es que
                   ésta intenta descubrir no sólo los contenidos pretendidos por el au-
                   tor, aquéllos de los que él es consciente, sino además, aquellos da-
                   tos y significados, que pueden inferirse a partir del texto mismo,
                   como son, los que se refieren a la persona del autor, del lector, de
                   las conclusiones de producción del texto, de la sociedad en la que
                   aquéllos viven.
                —Tanto los datos expresos (lo que el autor dice) como los latentes
                   (lo que dice sin pretenderlo) cobran sentido y pueden ser captados
                   dentro de un contexto o marco empírico.
                —El contexto es un marco de referencia que contiene toda aquella
                   información que el lector de un texto puede conocer de antemano
                   o inferir a partir del texto mismo para captar el contenido y el sig-
                   nificado de todo lo que dice un texto.
                —La diferencia entre el analista de contenido y el lector ordinario
                   reside en el modo y en el tipo de presupuestos y de inferencias que
                   se dan en la lectura del texto. El lector presupone e infiere de ma-
                   nera espontánea y tácita por su propio uso; el analista, por el con-
                   trario, ejecuta ambos actos de manera sistemática, consciente y
                   con fines analíticos.
                El Análisis de Contenido acepta los documentos tal como le llegan,
             pero, dado que éstos no vienen preparados para el estudio científico, el ana-
             lista se ve obligado si quiere entenderlos, sobre todo, su significado subjeti-
             vo, a procesarlos, es decir, a transformarlos mediante un proceso de mani-
             pulación que, en el caso del análisis cuantitativo equivale a su codificación
             sistemática y en el del cualitativo exige prácticas más complejas. De ahí
             que una idea central del Análisis de Contenido sea el que el texto original
             debe ser entendido y tratado como un «escenario de observación» o como
             el «interlocutor de una entrevista» del que se extrae información para some-
             terla a un ulterior análisis e interpretación, es decir, que el texto es como un
             campo del que se extrae informacion a través de la lectura. Una lectura, sin
             embargo que, como en el caso de la observación y el de la entrevista, lejos
             de ser única, es múltiple y repetitiva conforme al esquema presentado por
             Denzin en el que el investigador progresa moviéndose desde el «campo» al
             «texto» al «lector». El texto original al que acude el investigador es inicial-
             mente el campo que sirve para la recogida de la información.

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