Page 260 - METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA-José Ignacio Ruiz Olabuénaga
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actuales sino de datos relativos al futuro (tales como la evolución demográfi-
             ca, la situación socioeconómica previsible...), pero tales datos, lejos de estar
             a disposición del responsable de tal decisión, o no existen, o carecen de ga-
             rantía necesaria, o se mueven en el ámbito de la probabilidad y de la incerti-
             dumbre.
                En estos y en otros casos semejantes relacionados con la política de la
             toma decisiones, los asesores de quien tiene que adoptar la decisión última
             adoptan la táctica de la «consideración diferida», esto es, aglutinan cuantos
             datos han podido poner a su alcance, aportan cuantas consideraciones esti-
             man pertinentes, y dejan para otro la extracción de conclusiones y la toma
             correspondiente de decisiones. Este «otro», que no es sino quien debe, en
             última instancia, adoptar la responsabilidad de haber tomado tal decisión,
             se enfrenta a una situación en la que debe recurrir a recursos tales como
             «el buen juicio», la «intuición», «la «experiencia», su «capacidad de com-
             prensión», y, en general, a su «propia sabiduría». Todos estos términos se
             encuentran en clara contradicción con las condiciones que se presumen en
             la adopción de una decisión responsable apoyada en la precisión, la exacti-
             tud, la claridad y el contraste de una decisión científicamente seria. A falta
             de una base segura de contrastación científica se adopta la decisión envol-
             viéndola en un aura de talento místico de discernir el error del acierto.
                Sin poder apoyarse en un estado de conocimiento contrastado, y sin que-
             rer admitir que la decisión se apoya en una simple especulación, se recurre al
             estado de opinión. La situación más frecuente de la toma de decisiones es
             aquella en la que no se dispone de conocimiento suficiente ni se quiere aban-
             donar a la pura especulación, recurriendo, en cambio, al mundo de la opi-
             nión. Cuando se habla de sabiduría, intuición, experiencia, buen juicio, etc...
             se está refiriendo, con mucha probabilidad, a una simple opinión. El proble-
             ma es que esta situación es, con frecuencia, inevitable: ni pueden aportarse
             datos más fehacientes, ni se puede prever con exactitud la evolución exacta
             del futuro. La técnica Delphi está diseñada para afrontar este tipo de situa-
             ciones en las que la Opinión se impone al conocimiento y a la pura especula-
             ción. Delphi es una técnica de análisis del estado de opinión.

                —Dentro de este marco de opinión, Delphi parte de un supuesto fun-
                   damental tan vulgar como el que afirma que «dos ojos ven más
                   que uno» y que la opinión de un individuo sólo es menos fiable
                   que la opinión de un grupo de personas en igualdad de condicio-
                   nes. Delphi recurre a la opinión de un grupo de individuos para
                   averiguar cuál es el dato que mejor garantiza el acierto en la toma
                   de decisiones, sin fiarse de una sola opinión individual.
                —Delphi se apoya, además, en un segundo presupuesto, a saber,
                   cuando se trata de prever un desarrollo de futuro, de prever las con-

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