Page 256 - LOS SISTEMAS DE PARTIDOS EN AMERICA LATINA-CONO SUR Y PAISES ANDINOS- TOMO 2 - FLAVIA FREIDENBERT
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LA TRANSFORMACIóN DEL SISTEMA DE PARTIDOS... 245
to de una fuerte competencia entre el sector conservador y el sector
progresista dentro del lema.
Este último resultó de una alianza entre el grupo de Fernández
Crespo, escindido del herrerismo, y los nacionalistas independientes
que se denominó Unión Blanca Democrática. En segundo lugar un
hecho inusual parece también haber contribuido a la victoria nacio-
nalista. El herrerismo realizó un acuerdo electoral con un grupo ex-
terno al partido, la Liga Federal de Acción Ruralista —luego deno-
copia
minada simplemente ruralismo—, que era una organización gremial
del sector agropecuario. El líder del grupo, Benito Nardone, tenía un
gran predicamento entre la gente del campo e ideológicamente apa-
recía mucho más afín al herrerismo que al batllismo. Sus ambiciones
políticas lo llevaron a aceptar el ofrecimiento de Herrera para presen-
tar listas comunes en las elecciones.
Curiosamente, los tres hechos ocurridos dentro de filas blancas
—la unificación del partido, la formación de la UBD y la creación
del herrero-ruralismo— que sirven para explicar su triunfo electoral,
parecen haber sido diseñados básicamente con la lógica de la com-
petencia interna. La elección de 1954 le había mostrado dos cosas al
nacionalismo independiente: que su partido era inviable y que Herre-
ra podía ser derrotado. El reingreso al lema y la alianza con Fernán-
dez Crespo parecen obedecer a esta última finalidad. Por su parte,
la alianza de Herrera con Nardone (especialmente onerosa para el
primero ya que le asignó el segundo lugar en la lista al concejo) pare-
ce obedecer al mismo fin: asegurar el triunfo interno. La elección de
1954 no había anticipado un triunfo blanco y los historiadores coin-
ciden en señalar que el resultado de 1958 fue sorpresivo para todos.
En cualquier caso, todos estos movimientos estratégicos están estimu-
lados por las reglas electorales y reflejan conductas adaptativas exito-
sas de los principales actores políticos. El sistema electoral que rigió
entre 1942 y 1996 favorece la formación y estabilidad de un sistema
bipartidista fraccionalizado tal como admite de forma generalizada la
academia uruguaya. 9
Llama la atención que la caracterización de bipartidista que se
atribuyó al sistema de partidos uruguayo para prácticamente toda su
historia, sólo se haya manifestado plenamente durante un breve pe-
riodo que apenas supera una década. Si consideramos la configura-
9 Véase, por ejemplo, Pérez Pérez (1970); González (1993); Buquet et al. (1998).
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