Page 311 - LOS SISTEMAS DE PARTIDOS EN AMERICA LATINA-CONO SUR Y PAISES ANDINOS- TOMO 2 - FLAVIA FREIDENBERT
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EL SISTEMA DE PARTIDOS EN BOLIVIA (1952-2015)... 301
el país conoció un régimen multipartidario competitivo, centrípeto y
de voto fragmentado, que fue a la vez producto y generador de un
espacio pluralista sin precedentes. Como se señaló, partidos oficialistas
y opositores definieron de manera conjunta reglas equitativas y cons-
truyeron un árbitro independiente para la competencia. Las elecciones
dejaron de celebrarse bajo la sombra del fraude o de la sospecha, se
amoldaron al principio de la certeza de las reglas y la incertidumbre
de los resultados. Se sucedieron comicios transparentes, y los resulta-
copia
dos alcanzaron credibilidad y legitimidad, mérito que en parte recayó
en la conformación de un “organismo electoral prestigioso, eficiente e
imparcial” (OEA, 2006: 35).
La lógica moderada y centrípeta provino de al menos dos fac-
tores. Uno se ligó con las políticas públicas, otro con las relaciones
partidarias. El liberalismo económico contó con el impulso o el aval
del MNR, ADN y MIR, primeros en los comicios de 1985 y 1989,
concentrando más de dos tercios de los sufragios. Eso definió un cen-
tro político: el rechazo frontal a esa política implicaba resignarse a un
marginamiento en el rediseño del Estado y de la sociedad. Las líneas
previas de organización de la vida política alrededor de las actitudes
ante la revolución de 1952 o frente a los regímenes militares queda-
ron, de pronto, obsoletas. En consecuencia, las relaciones partidarias
cambiaron, en especial con respecto a ADN, que salió de su aisla-
miento luego de aceptar en 1985 la decisión congresal de privarle
de la presidencia a pesar de su triunfo electoral y colaborar con el
gobierno del MNR.
En este nuevo centro, las relaciones entre los tres partidos más
apoyados se encontraban abiertas en el sentido que cualquier alian-
za ingresaba en el horizonte de las posibilidades, algo que no suce-
dió en la transición. La presidencial de 1989 lo ilustró. Después de
un ajustado resultado entre el MNR, ADN y MIR, le correspondió
nuevamente al Congreso elegir al presidente. La única manera de
lograrlo era mediante un pacto que uniese al menos a dos de los tres
partidos. La alianza MNR-ADN continuaría el pacto que ejecutó el
ajuste liberal; una MNR-MIR parecería un giro social del esquema
liberal; se produjo la menos esperada por la sociedad, MIR-ADN,
que no respetaba las antiguas líneas de conflicto y pasaba por enci-
ma del MNR, que parecía el pivote de cualquier coalición pues en
el imaginario del electorado ocupaba el medio, con el MIR a su iz-
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