Page 312 - LOS SISTEMAS DE PARTIDOS EN AMERICA LATINA-CONO SUR Y PAISES ANDINOS- TOMO 2 - FLAVIA FREIDENBERT
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302 SALVADOR ROMERO BALLIVIáN
quierda y ADN a su derecha. Estas coaliciones extendidas por todo
4
el mandato presidencial dieron un cariz parlamentario a la práctica
del sistema presidencial boliviano, poco frecuente en la región, don-
de el cargo es asignado directamente por el electorado, en primera o
segunda vuelta. Ayudaron asimismo a solventar las complicaciones
de la combinación del presidencialismo y el multipartidismo (Sartori,
1996: 192-195).
Este estilo de pactos se impuso a las otras organizaciones pues es-
copia
tos partidos ocupaban sistemáticamente los primeros lugares (el MNR
y ADN se alternaron en el primer y segundo sitio entre 1985-1997).
Los partidos de la tercera generación los criticaban con virulencia
pero luego de la campaña, se plegaban al ejercicio de conformar coa-
liciones y acceder así a espacios de poder que, de otra manera, pa-
recían inalcanzables. El primero en ceder fue UCS, que apoyó suce-
sivamente a tres gobiernos entre 1993 y 2002; Condepa compartió
responsabilidades gubernamentales con Banzer en 1997; NFR acom-
pañó a ADN en 1997 y se adscribió al pacto con Sánchez de Lozada
en su segunda y última presidencia.
La atracción jugó igualmente en dirección de franjas de la iz-
quierda que, al principio, condenaron el liberalismo y luego deci-
dieron aportarle correctivos sociales. Emblemático fue el apoyo del
Movimiento Bolivia Libre (MBL) a las dos gestiones de Sánchez de
Lozada. El katarismo moderado se incorporó cuando el líder del MR-
TKL Víctor H. Cárdenas acompañó como vicepresidente a Sánchez
de Lozada en 1993 (Albó, 1993). Los gobiernos de coalición rompie-
ron la tradición de gobiernos monocolores, característicos de la fase
conservadora, liberal, republicana y movimientista, imprimieron el
sello de la “democracia pactada” boliviana (Mayorga, 1993) y repre-
sentaron la respuesta al final del secular bipartidismo a la boliviana,
controlado por un partido hegemónico. Este esquema se reprodujo
en los gobiernos municipales, que tuvieron hasta la Constitución de
2009 un rasgo parlamentario similar y cuyas coaliciones reproducían
a menudo la alianza gubernamental nacional (Rojas, 1998).
4 La alianza se comprende en la lógica descrita arriba. A partir de ese momento,
cualquier compromiso podía darse: de hecho, entre 1985-2003, se formaron coalicio-
nes gubernamentales MNR-ADN, ADN-MIR y MNR-MIR. Empero, la presiden-
cial de 1989 tendió a dejar la sensación de dos bloques en este centro político, por un
lado MIR-ADN, del otro el MNR.
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