Page 177 - METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA-José Ignacio Ruiz Olabuénaga
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ga sentimientos que éste rehuye sacar a la luz, no imponiendo te-
mas, actitudes, o tópicos que él evita sistemáticamente; hay que
saber, sobre todo:
• esperar al momento oportuno para, con un acertado ejercicio de
sindiéresis, empalmar temas y sentimientos propios con ajenos;
• introducir nuevos temas, con un sutil ejercicio de sonsacamiento,
que el entrevistado no puede o no quiere fácilmente sacar a flote.
Para resumir, podríamos concretar en unos breves puntos-guía, las
normas concretas para un proceso correcto de interacción humana de co-
municación:
Normas del proceso de comunicación
— Se trata de una conversación, no de un interrogatorio judicial o una pes-
quisa policial improvisada.
— La conversación no sigue un esquema rígido de desarrollo, razón por la cual,
es posible (y a veces, deseable) retroceder, retomar temas ya tratados.
— Aún así la conversación, no es un intercambio natural, espontáneo y libre,
sino controlado, sistemático, profesional.
— La conversación debe ser alimentada continuamente con incentivos que ga-
ranticen y fomenten la motivación, el interés y la participación espontánea.
— La relación entrevistador-entrevistado tiene que ser amistosa, pero no
aduladora o servilista, ni autoritaria o paternalista.
— La amistad de la relación no debe suprimir el carácter profesional de la
entrevista, por lo que, a lo largo de ésta, la precisión y fidelidad de los
datos, así como la comunicación de sentimientos deben entremezclarse.
Entre los diferentes paradigmas utilizables en el desarrollo de una en-
trevista, nosotros optamos por el que sugiere el Interaccionismo Simbólico
y, dentro de este enfoque, entendemos con Goffman, Babbie, Berg, Peshkin
y otros que la entrevista equivale a un encuentro cuyo desarrollo puede asi-
milarse al modelo dramatúrgico en el que conceptos como escenario,
guión, diálogo, protagonista, actor, puesta en escena, audiencia y otros mu-
chos adquieren una capacidad heurística interpretativa de primer orden.
Cuando se entiende la entrevista como una representación teatral, el entre-
vistador desarrolla un papel en una representación a los ojos de su en-
trevistado (espectador), lo cual implica que el éxito de su trabajo depende:
—del grado de legitimación que tal papel reciba del entrevistado/ es-
pectador y
—del grado de perfección con el que lo desempeñe, una vez que la
representación haya sido legitimada.
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