Page 182 - METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA-José Ignacio Ruiz Olabuénaga
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atribuye sentido. A modo de espejo viviente y a intervalos periódicos, el
             entrevistador debe ayudar al entrevistado a contemplarse a sí mismo, me-
             diante resúmenes que reflejen de manera escueta el contenido y el significa-
             do transmitidos. Estos miniespejismos, a su vez, deben ir ayudando, tanto al
             entrevistador como al entrevistado, a ir estructurando sistemáticamente el
             mensaje, de forma que el sentido profundo vaya emanando desde el fondo
             de la empatía existente entre ambos interlocutores. Esta operación, en efec-
             to, consta de dos ejercicios: el Reflejo y la Estructuración.
                El Reflejo: El entrevistador tiene que ser capaz de reflejar lo que va
             captando en presencia del propio interlocutor, sin reservarse para un mo-
             mento posterior de soledad. Para ello se compromete a repetir las principa-
             les ideas expuestas, con algunas paráfrasis, evitando a toda costa tergiver-
             sar tal contenido temático. Este ejercicio de reflejo parafraseado permite al
             entrevistado comprobar que, en efecto, se le sigue y se le comprende co-
             rrectamente, y le ayuda a él mismo a cristalizar mejor sus ideas.
                La Estructuración: Sirve básicamente para posibilitar la captación del
             significado subjetivo, y no sólo la memorización superficial de los datos
             descriptivos. Es una reconstrucción en la que cada elemento va siendo co-
             locado en su puesto y contribuyendo a una gestalt final de significado. Con
             frecuencia, a lo largo de la conversación, sirve de comodín de cierre de un
             tema y de plataforma para abordar uno nuevo. Tanto el reflejo como la es-
             tructuración exigen del entrevistador una exhibición de serenidad, de con-
             fianza en su propio trabajo, de valentía ante el propio interlocutor. Por ello
             debe realizarse de forma serena, personalizada, enfrentando la mirada del
             entrevistado, arriesgando sus discrepancias, sin prisas, en actitud relajada y
             de aplomo, con la suficiente seguridad para admitir matizaciones y correc-
             ciones de detalle por parte del entrevistado. Reflejar y estructurar, resumir
             y relacionar unas partes con otras, condensar y sistematizar todo lo que se
             va hablando, es un instrumento eficaz para que, entre ambos, vaya brotan-
             do, sin esfuerzo, una interpretación y significado compartidos, objetivo fi-
             nal de la entrevista. Esta labor se desarrolla a lo largo de todo el cuerpo de
             la entrevista, sin intentar adelantarla demasiado apresuradamente, cuando
             la conversación se halla todavía en sus primeros compases, y sin relegarla
             remitiéndola a los momentos últimos de cierre.


             2.2. El Relanzamiento
                Son muchos los motivos que, a lo largo de la conversación, fuerzan a
             que ésta se interrumpa, bloqueada, sin poder aparentemente continuar su
             curso. Bien porque se haya agotado el tema iniciado, bien por cansancio del
             interlocutor, o por motivos más particulares, como cuando éste recela de
             profundizar aún más un punto concreto o encuentra difícil exponer su pro-

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