Page 183 - METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA-José Ignacio Ruiz Olabuénaga
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pio pensamiento. La tarea del entrevistador consiste en mantenerse alerta a
          la expectativa de estos momentos de bloqueo e iniciar de nuevo la conver-
          sación mediante la táctica del relanzamiento. Este equivale a colocar de
          nuevo en órbita al entrevistador, obligándole a continuar su marcha comu-
          nicativa. El relanzamiento es un mecanismo que es seleccionado en función
          de la causa que bloquea la conversación. Si se ha agotado el tema, hay que
          recurrir a la táctica de la «lanzadera» abriendo un nuevo tema de conversa-
          ción; si el entrevistado da señales de hastío o cansancio, se recurre a la dis-
          tracción, al pequeño descanso, al chiste oportuno, a la copa o la taza de
          café, etc. Si el desinterés comienza a imponerse, se exponen motivos que
          recuerdan la importancia de la información; si, por el contrario, es el blo-
          queo sicológico en forma de recelo, duda, confusión, el que provoca la difi-
          cultad para continuar, habrá que apelar al silencio, la ayuda, el quite de hie-
          rro al tema, etc. El relanzamiento asegura que la información no queda a
          medio recoger, fragmentada y superficialmente. Su objetivo no es otro que
          ayudar al entrevistado a recorrer su camino hasta el final. Todo relanza-
          miento está sometido a dos leyes de manejo: la Oportunidad y la Opacidad.
             La Oportunidad: El relanzamiento es un mecanismo de reserva, que no
          debe ser utilizado nunca, hasta que no se compruebe que la conversación ha
          quedado realmente bloqueada. El que un interlocutor quede en silencio no
          significa que no tenga más cosas que decir o que se resista a manifestarlas.
          Hay, por tanto, que saber esperar cuando el entrevistado queda en silencio,
          y esperar hasta el momento oportuno en el que no intervenir produzca una
          situación embarazosa. Por este motivo, una norma de oportunidad consiste
          en no interrumpir nunca al entrevistado. Tiempo habrá para traerlo de nue-
          vo a la cesta del pescador, si se declara en rebeldía de verborrea distractora.
          Hay que saber, igualmente, guardar silencio mutuo, cuando este silencio
          consista en una forma sutil de hablar, y hay que saber hablar, interviniendo
          cuando el silencio ya ha dejado de hablar.
             La Opacidad: Exige que el relanzamiento sea, en cierto modo, aséptico
          y neutral. Debe precaverse de orientar en ningún sentido el resto de la con-
          versación. En los primeros momentos de ésta, sólo debe aludir a hechos fla-
          grantemente ciertos y comprobados. Más adelante, debe estar a tono con el
          nivel de estructuración, de ritmo y de sentido que vaya llevando la conversa-
          ción. Se puede pedir una aclaración, pero no formular una crítica, se puede
          expresar una duda sobre si se ha entendido bien al entrevistado, pero no se
          puede poner en duda su veracidad. Solamente en fases ulteriores y conclusi-
          vas de la conversación se puede recurrir a relanzamientos «sorpresa», en los
          que el entrevistado es obligado a la «auto-revisión» que le lleva a confirmar-
          se en lo dicho o matizar sus declaraciones anteriores. Los tipos de relanza-
          miento pueden ser muchos y muy variados, siendo la norma suprema la de
          saber acertar cuándo y cuál de ellos debe aplicarse en cada momento.

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