Page 181 - METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA-José Ignacio Ruiz Olabuénaga
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—de lo más amplio a lo más pequeño,
—de lo más superficial a lo más profundo,
—de lo más impersonal a lo más personalizado,
—de lo más informativo a lo más interpretativo,
—de datos a interpretación de los mismos.
Mediante el embudo el investigador descubre al entrevistado una agre-
sividad creciente, en forma de preguntas o comentarios más personales,
más íntimos, más específicos, más comprometidos. Mediante la lanzadera,
el entrevistador se permite, siempre que sea necesario y no se violenten las
reglas sicológicas impuestas por el proceso de interacción social ya comen-
tado, salirse del tema, iniciar uno nuevo, volver al comienzo del mismo
para un nuevo replanteamiento, para concretar aspectos o puntos no aclara-
dos suficientemente en fases anteriores de la conversación. En esta táctica
de captación de la información, el entrevistador debe hacer gala de dos ha-
bilidades un tanto opuestas, aunque complementarias, entre sí:
—Por un lado, debe exhibir una rica sensibilidad
a) para captar todos los mensajes de su interlocutor, tanto los
emitidos de forma ostensiva como los formulados de manera
subliminal,
b) para seleccionar aquellos de contenido más rico o más signifi-
cativo, y
c) para sacar a flote aquellos tímidamente apuntados pero «blo-
queados» por algún motivo.
—Por otro lado, el entrevistador debe exhibir, envuelta en todas las
vaselinas que sean necesarias para no herir la susceptibilidad del
entrevistado, una agresividad creciente que
a) elimine preguntas inútiles, repeticiones innecesarias, disgresio-
nes ralentizadoras, respuestas pantalla o de humo que ocultan
el verdadero núcleo del significado, y que
b) concretice progresivamente la conversación inexorablemente a
datos, personas, aspectos, sentimientos, cada vez más concre-
tos, más reveladores, más significativos.
Esta agresividad creciente, en el fondo y en la forma de conducir la en-
trevista, por la que el entrevistador exhibe un comportamiento comunicati-
vo de carácter invasor, un tanto al abordaje del tesoro simbólico que posee
el entrevistado, debe ir acompañada de una receptividad, igualmente cre-
ciente, por la que el entrevistador hace saber a aquél qué información va
captando, qué interpretación va elaborando y qué sentido va dando a toda la
situación. El entrevistador capta información —elabora interpretaciones—
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