Page 179 - METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA-José Ignacio Ruiz Olabuénaga
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estrategia de sonsacamiento de la entrevista en profundidad ha tomado no
pocas pistas de estos trabajos, pero no puede identificarse con ellas por
cuanto la entrevista en profundidad, no es una técnica terapéutica, como
tampoco es una indagación judicial o una pesquisa policial. La naturaleza
propia de la entrevista en profundidad reclama una estrategia propia que
podría concretarse en tres elementos o dimensiones: la captación o «Lanza-
dera», la indagación o «Relanzamiento» y la fiabilidad o «control». El en-
trevistador nunca acude a una entrevista sin haber diseñado previamente
todo un protocolo de conversación en la que están registrados horario, em-
plazamiento, guión de temas, hipótesis posibles de trabajo, estructura de la
conversación, ritmo y duración de la misma. Antes de iniciar la entrevista,
igualmente, el entrevistador debe garantizar, ante su interlocutor potencial,
su propio status social y profesionalidad; debe haber justificado el objetivo
y los motivos de la entrevista, así como las líneas generales de la misma.
De una u otra forma, quedará establecida la seriedad en cuanto a la confi-
dencialidad de la información, el interés en su consecución, y en cuanto al
compromiso de fecha, escenario y tiempo de duración de la entrevista.
2.1. La Lanzadera
Los primeros compases de la entrevista se desarrollan en forma de co-
mentarios y preguntas de carácter superficial, general y abierto. Una pre-
gunta abierta de carácter general suele ser la manera más efectiva de iniciar
la entrevista sin violencia y con un ambiente de intercambio espontáneo de
información. La pregunta abierta permite al entrevistado orientar la conver-
sación por el derrotero que él desee. Es el momento en el que el entrevista-
dor debe ser consciente de que le compete a él llevar, sin perderla, la inicia-
tiva en toda la conversación. Si la orientación adoptada por el entrevistado
promete ser fructífera, se seguirá gustosamente con ella; de lo contrario, ha-
brá que adoptar la táctica del pescador, «dando cuerda» al entrevistado
para, poco a poco, ir cerrando el tema, acortar ese hilo temático y «arrojar
de nuevo la caña» en búsqueda de otro tema más prometedor. Hay que pre-
caverse, de entrada, contra el atosigamiento propio de quien bombardea a
su interlocutor con preguntas, puntos de vista, informaciones y datos, sin
cuento. En principio, una pregunta general, básica pero bien centrada, fruto
de una sólida reflexión previa, es la manera ideal de comenzar.
Sólo con una pregunta abierta de este tipo es posible avanzar sistemáti-
camente, elaborando con puntos más concretos y detallados, los primeros
enriquecimientos que suministra la respuesta a la primera pregunta abierta.
Es de fundamental importancia la elección de esta primera pregunta abierta
y de las que, eventualmente, puedan seguirle a lo largo de los primeros mo-
mentos de la conversación. Ella impide que el entrevistado establezca un
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