Page 282 - METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA-José Ignacio Ruiz Olabuénaga
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dialéctica, esta negociación cotidiana entre aspiración y posibilidad, en-
tre utopía y realidad, entre creación y aceptación, y por eso sus datos
provienen de la vida cotidiana, del sentido común, de las explicaciones y
reconstrucciones que el individuo efectúa para vivir y sobrevivir diaria-
mente.
Sólo captando los procesos y los modos como los individuos captan
y crean su vida social, podremos captar el significado subjetivo que las
cosas poseen para ellos. De ahí que la Historia de Vida, al buscar este
sentido subjetivo, adopte un planteamiento de interpretar significados
más que de encontrar causalidades. Al igual que cuando el investigador
intenta reconstruir, mediante entrevista, el mapa cognitivo de un indivi-
duo, parte de una serie de supuestos previos y utiliza unos criterios de
trabajo, en la construcción de la Historia de Vida de un individuo se par-
te de un conjunto de criterios y supuestos que deben estar claramente ex-
plicitados en la mente del investigador. Entre los supuestos previos, por
ejemplo, el investigador es consciente de que su intervención acarrea un
cierto encontronazo con el sujeto investigado y que es esta colisión la
que facilita su tarea de reconstructor social. Sabe, en efecto, que cada
persona cuenta y echa mano de una teoría implícita para explicar sus
propios comportamientos y actos, y sabe también que él mismo, como
investigador, recurre a teorías explícitas al acto de la entrevista. La entre-
vista y su ulterior elaboración consisten en una lucha por equilibrar estas
dos series de teorías explicativas —la del propio sujeto y la del entrevis-
tador— de manera que se alcance un balance entre las teorías supuesta-
mente válidas teóricamente del investigador y las explicaciones reales
del sujeto.
Estos, modificando y desarrollando la teoría, y aquéllos interpretan-
do, condensando y transformando los temas que las explicaciones ponen
de relieve. Como su propio nombre lo indica la Historia de Vida se apoya
fundamentalmente en el relato que un individuo hace de su vida o de as-
pectos específicos de ella, de su relación con su realidad social, de los
modos cómo él interpreta los contextos y define las situaciones en las
que él ha participado, pero ésto no significa que el investigador deba
aceptar al pie de la letra todo lo que el sujeto refiere sin aplicar controles
que garanticen que lo que el entrevistado refiere es fiel, no a la realidad
objetiva, sino a la propia experiencia del sujeto. La fidelidad del indivi-
duo relator a sí mismo no debe darse nunca por supuesto, antes por el
contrario, es un logro técnico en el que el investigador tiene que coope-
rar activamente y de cuya existencia debe estar seguro antes de iniciar
ninguna interpretación de sus datos.
El trabajo del entrevistador de una Historia de Vida es todo menos
una escucha pasiva e inerte semejante a la del que atiende una conferen-
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