Page 73 - METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA-José Ignacio Ruiz Olabuénaga
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este motivo por lo que, con frecuencia, se ha denominado investigación
naturalista a la efectuada con metodología cualitativa.
La recogida de datos, en ésta, se orienta hacia aquellos de mayor ri-
queza de contenido de significado, es decir, los datos estratégicos de
cada situación. Lo cual, muchas veces, conlleva unos procedimientos
previos de negociación con los dueños sociales de los datos (los «porte-
ros» que permiten o impiden la entrada a una situación, por ejemplo, a
una organización). El acceso a los datos directos, para saber lo que ocu-
rre realmente en una situación concreta, es una condición que, no por ser
necesaria e insustituible para el investigador, hay que darla por fácil o
cómoda. Gummesson no tiene empacho en señalarla como el problema
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número uno del investigador . Por otra parte, y supuesto que se ha lo-
grado el acceso operativo a los datos, la tendencia de las técnicas cualita-
tivas a profundizar en el sentido de las situaciones y el significado que
los individuos les atribuyen, conduce con frecuencia a los investigadores
a un tipo de recogida de datos que persigue más la «proyección» que la
simple «contemplación» en las observaciones y al lenguaje «analógico»
más que al «conceptual» en la realización de las entrevistas.
Esto da lugar a seis técnicas principales de recogida de datos, en fun-
ción de que, tanto en la observación como en la entrevista o en la lectura,
aquélla se efectúe de manera directa o soterrada. Tanto la observación
como la entrevista soterradas participan de la persuasión, tan generaliza-
da en el ámbito sicoanalítico, de que el mundo de la subconsciencia es
tan rico, al menos, como el de la consciencia, y de que quedaría sin com-
prensión adecuada el significado social que los individuos atribuyen a las
situaciones sociales, si no indagáramos en su subconsciente, con técnicas
proyectivas, con lenguajes analógicos o con «rupturas» del sentido co-
mún. A la observación y la entrevista se añade una tercera técnica de re-
cogida de datos, la lectura de textos, entendiendo por tales, todos los do-
cumentos que contienen significado (una carta, un periódico, una
autobiografía, una estatua, un edificio, las pinturas de una cueva prehis-
tórica, las tumbas faraónicas,...).
A todos estos «textos», en realidad, se les puede «entrevistar» me-
diante preguntas implícitas y se les puede «observar» con la misma in-
tensidad y emoción con la que se observa un rito nupcial, una pelea ca-
llejera, una manifestación popular. En todo caso, la captación del
significado de un escrito, lo mismo que el de la observación de una situa-
ción o el de una entrevista a un sujeto cualquiera, pueden efectuarse me-
diante la lectura directa o a través de una lectura soterrada en la que el
32 Gummesson, E., Ob. cit., cap. 2.
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