Page 167 - METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN JURÍDICA-Jorge Olvera García
P. 167

Planteamiento del problema y diseño de investigación / 167

            aportar comprensión sobre el modo en que piensan acerca del mundo y sobre
            el modo en que actúan, es posible que exista una gran discrepancia entre lo que
            dicen y lo que realmente es o hacen. Benney y Hughes describen este problema
            perfectamente bien: toda conversación posee su propio equilibrio de revelación
            y ocultamiento de pensamientos e intenciones, sólo en circunstancias muy
            inusuales el discurso es tan completamente expositivo que cada palabra puede
            ser tomada como auténtica (Benney y Hughes, 1970, cfr. Denzin, 1970: 75-
            98). Así que el entrevistador debe tener un sentido crítico para evaluar las
            descripciones de acontecimientos por parte de los informantes.
                Las entrevistas cualitativas requieren un diseño flexible de la investigación.
            El investigador suele tener solamente una noción general sobre las personas a
            las que entrevistará, no sabe cuántos informantes tendrá o de dónde los obten-
            drá. Entre los vaivenes de la investigación cualitativa el investigador puede
            encontrar a sus informantes, inclusive está dispuesto a hacer ajustes para acu-
            dir hacia otro informante después de algunas entrevistas iniciales.
                Cuando en el marco de las entrevistas a profundidad, el investigador cons-
            truye historias de vida, él busca a un tipo particular de persona que ha pasado
            por ciertas experiencias, al respecto, Taylor y Bogdan nos dicen: por ejemplo, se
            han escrito historias de vida sobre las experiencias de delincuentes juveniles
            (Shaw, C., Brothers in Crime, 1938), de un negociador profesional de efectos
            robados (Klockars, The Profesional Fence, 1974), de un transexual (Bogdan,
            Being Different: The Autobiography of Jane Fry, 1974) y de un ladrón profesional
            (Sutherland, The Profesional Thief, 1937). Aunque estemos interesados en estu-
            diar a cierto tipo de persona, tengamos presente que las experiencias pasadas de
            la gente pueden no haber generado un efecto importante sobre sus vidas y pers-
            pectivas presentes. Lo que a nosotros nos parece significativo puede no serlo para
            un informante potencial. Prácticamente todos los jóvenes participan en activida-
            des que alguien podría calificar como delitos juveniles. Pero para la mayoría de
            los jóvenes la participación en tales actividades tiene poco que ver con el modo
            en que se ven a sí mismos. Spradley (The ethnographic interview, 1979) sostiene
            que uno de los requerimientos de los buenos informantes es la enculturación
            completa, es decir, que conozcan tan bien una cultura (o subcultura, grupo u
            organización) que ya no piensen acerca de ella (Taylor y Bogdan, 1987: 109-110).
                No es fácil encontrar a un buen informante. En lugar de realizar una ex-
            tensiva búsqueda para encontrarlos, es conveniente que el investigador ponga
            atención en la vida cotidiana, ahí los encontrará.
   162   163   164   165   166   167   168   169   170   171   172