Page 170 - METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN JURÍDICA-Jorge Olvera García
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De ahí partió Sutherland para realizar su obra The White Collar Criminal
(Delincuencia de cuello blanco), donde hizo un estudio a más de 70 empresas
y un análisis de las conductas criminales de los altos funcionarios de la inicia-
tiva privada.
En ocasiones, los documentos personales (diarios, cartas, dibujos, regis-
tros, agendas) pueden utilizarse como guías para las entrevistas, sin imponer
una estructura a los informantes.
Mientras los entrevistadores cualitativos tratan de desarrollar una relación
abierta y honesta con los informantes, deben estar alertas ante eventuales exa-
geraciones y distorsiones en las historias. Además, todas las personas son
propensas a exagerar sus éxitos y negar sus fracasos. El investigador cualitativo
no está interesado en la verdad per se, sino en perspectivas. Así, el entrevista-
dor trata de extraer una traducción más o menos honesta del modo en que los
informantes se ven realmente a sí mismos y a sus experiencias. También debe
señalarse que dependiendo de los objetivos del investigador en ocasiones la
validez y el valor del documento personal no depende de su objetividad o vera-
cidad. A veces se sabe que el delincuente no necesariamente describirá sus si-
tuaciones de vida con objetividad, por el contrario, lo que se desea es que su
historia refleje sus propias actitudes, distorsiones e interpretaciones persona-
les. Las racionalizaciones, las fábulas, los prejuicios, las exageraciones son tan
valiosos como las descripciones objetivas, siempre que, desde luego, esas reac-
ciones sean adecuadamente identificadas y clasificadas (Taylor y Bogdan, 1987:
125-126).
El investigador tiene la responsabilidad de establecer controles cruzados
sobre las historias de los informantes. Debe examinar la coherencia de los
dichos en diferentes relatos del mismo acontecimiento o experiencia. Para con-
trolar los datos provenientes de las afirmaciones de los informantes se debe
apelar a tantas fuentes de datos diferentes como resulte posible. En las prime-
ras obras de la Escuela de Chicago, los investigadores comparaban regularmen-
te las narraciones de los informantes con los registros oficiales conservados por
la policía y por organismos de asistencia social. Sutherland hizo leer la historia
de vida de un ladrón profesional a otros ladrones profesionales y a detectives,
para obtener sus opiniones sobre la veracidad del relato (Taylor y Bogdan, 1987:
127).
Entrevistas grabadas. Una grabadora capta mucho más que si reposara
únicamente sobre su memoria, sin embargo, no se deben grabar las entrevistas